Poder dividido
Maquiavelo y la polarización en Argentina: el arte de dividir para gobernar

Politóloga.
Maquiavelo sigue vigente en la política argentina, donde la polarización no es un accidente, sino una herramienta deliberada. Dividir a la sociedad se ha vuelto una estrategia efectiva para conservar el poder en contextos de crisis e incertidumbre.
Leer a Maquiavelo sigue siendo relevante porque sus ideas sobre el poder, la política y la naturaleza humana continúan reflejándose en las dinámicas actuales de gobiernos y sociedades. El Príncipe (1513) no es solo un manual para líderes, sino también una obra que permite comprender la realidad política más allá de los discursos idealistas.
Uno de los aportes más vigentes de Maquiavelo es su visión del conflicto como herramienta de poder. En Argentina, la polarización política —expresada en la confrontación entre kirchnerismo y antikirchnerismo, peronismo y antiperonismo— responde a esta lógica. Los líderes utilizan la división para consolidar su posición, movilizando a su base electoral a partir del rechazo al adversario. Cada sector se presenta como la única alternativa legítima, deslegitimando al otro como una amenaza para el país.
El miedo y la esperanza también son instrumentos clave en la política, como señaló Maquiavelo al afirmar que "es mejor ser temido que amado, si no se puede ser ambas cosas". En Argentina, esta estrategia se manifiesta en discursos que refuerzan el temor a la "derecha neoliberal" o al "populismo autoritario", generando una sensación de amenaza constante que dificulta acuerdos y profundiza la confrontación. Desde el oficialismo se denuncia el riesgo del populismo y la corrupción mientras que desde la oposición se advierte sobre el peligro del neoliberalismo. Estas narrativas no solo refuerzan la polarización, sino que obstaculizan el diálogo y la búsqueda de consensos.
La manipulación de la opinión pública es otro elemento central en la política argentina, en sintonía con la visión maquiavélica sobre la construcción de la imagen del gobernante. La verdad a menudo queda relegada frente a narrativas diseñadas para fortalecer identidades políticas y justificar acciones de gobierno. Los medios de comunicación, las redes sociales y las estrategias discursivas refuerzan estas divisiones, dificultando la construcción de acuerdos.
Además, Maquiavelo hablaba de la virtù (capacidad del gobernante para adaptarse a las circunstancias) y la fortuna (factores externos que influyen en su éxito o fracaso). En Argentina, los líderes deben ajustar su estrategia a un contexto de crisis económica y social, alternando entre la confrontación y la moderación según sus intereses políticos.
En definitiva, la política, según Maquiavelo, es una lucha constante por el poder, y en Argentina esta disputa se ha convertido en una dinámica permanente. Más allá de las diferencias ideológicas, la polarización funciona como un mecanismo deliberado de control, que permite a los líderes consolidar su autoridad manteniendo a la sociedad en un estado de confrontación. Como decía Maquiavelo, "dividir para gobernar" sigue siendo una de las estrategias más efectivas en tiempos de crisis e incertidumbre.
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El Príncipe de Nicolás Maquiavelo es un tratado político escrito en 1513 que ofrece consejos sobre cómo un gobernante debe obtener, mantener y consolidar el poder. Es una obra pragmática, que rompe con las visiones idealizadas del gobierno y enfatiza la realidad del ejercicio del poder, más allá de la moral o la ética.
Maquiavelo describe diferentes tipos de principados y cómo se pueden conquistar y conservar. Plantea que un líder debe ser astuto como un zorro y fuerte como un león, combinando inteligencia y determinación para superar obstáculos. Sostiene que la estabilidad del poder a veces requiere acciones inmorales, como el uso del engaño, la represión de enemigos y la manipulación de la opinión pública.
Es una guía sobre el poder, la estrategia y la política realista, en la que Maquiavelo describe cómo los líderes pueden mantener su autoridad en un mundo marcado por la inestabilidad y la lucha por el control.