Fútbol Argentino
Gago pensó un partido al revés
La teoría del fútbol y la evolución táctica exponen el planteo del DT de Boca vs Racing.
Como venimos conversando en este espacio, en el fútbol no hay una táctica imbatible ni una estrategia perfecta. Cada partido y cada contexto son distintos. La labor del entrenador consiste en conocer las características de sus jugadores, así como las del equipo contrario, su disposición táctica y su plan de juego, para con todos estos elementos plantear una estrategia y disposición táctica viable con los jugadores adecuados para cada rol.
Racing tiene algunas características comunes en sus partidos. En general, juega con tres centrales, dos carrileros (Rojas por izquierda y Martirena por derecha), jugadores punzantes por los costados y Martínez como delantero centro. Se sabía durante la semana que el equipo de Avellaneda jugaría con un 5-4-1 en repliegue y un 3-4-3 con la pelota, proyectando a los carrileros al medio y a los extremos al ataque, Solari por derecha y Vietto por izquierda. Este último con la idea de tirar diagonales para enganchar y asistir, mientras que Solari se enfocaría más en desbordar.
En este contexto, Fernando Gago, que es de esos entrenadores que cambian siempre ante los rivales y les gusta rotar, tenía el desafío de pensar el partido. En cuanto a las decisiones en la faz ofensiva, está claro que lo más cómodo para una defensa de tres centrales (como la de Racing) es que el equipo rival juegue con dos delanteros centro y no con extremos que puedan desbordar y exponer a la línea de tres. A pesar de esto, Boca arrancó el partido con Cavani y Merentiel en ataque. Además, Boca jugó con Alan Velasco por izquierda, quien tiende a centralizarse en lugar de llegar al fondo y desbordar. Velasco no es extremo; puede partir desde la izquierda en algún partido, pero este no era el contexto indicado. Para colmo, a su espalda estaban Martirena y Solari, listos para explotar esa zona. No hace falta remarcar que por ese costado vino el primer gol de Racing. Zeballos sí es extremo, y por eso Boca fue más peligroso por los costados en el segundo tiempo.
Por otro lado, si analizamos algunas cuestiones básicas, todo aquel que haya leído algún libro sobre la evolución táctica en el fútbol sabe que el 4-4-2 surgió para hacer frente al 4-3-3, añadiendo un volante más para dominar el medio. Del mismo modo, el 3-5-2 surgió en respuesta al 4-4-2, para tener dos jugadores para marcar a cada uno de los delanteros, un líbero que sobre y de esta manera tener un jugador más en el medio para superar en número a los rivales (5 contra 4) y dominar el juego. Dicho esto, la táctica más desfavorable contra el 5-4-1 es el 4-2-4, justamente la táctica que Boca desplegó en ofensiva. Es evidente que los jugadores pueden prevalecer por su jerarquía y desequilibrar pese a la desventaja táctica, pero en este caso Boca no jugaba contra un equipo débil, sino contra un rival que tiene buenos jugadores y viene de ganar la Copa Sudamericana.
Parece increíble que un entrenador que fue jugador de élite y jugó en el Real Madrid haya tomado este tipo de decisiones. El problema es la incertidumbre en cuanto a los esquemas; quizás Boca juegue 4-3-3, 4-2-3-1 o 3-4-3 en el próximo partido. No se sabe... Las variantes tácticas deben nacer una vez definido un esquema base principal. Boca todavía no tiene los lineamientos básicos definidos. Gago debe trabajar en el plan de juego, consolidar sociedades y definir un estilo. Una cosa es rotar jugadores cuando ya hay un funcionamiento general, y entonces cambiar un par de fichas no altera la identidad, y otra cosa es cambiar constantemente en el proceso de encontrar un plan y una idea. Lo que está claro es que Boca trajo muchos jugadores, pero todavía no tiene un equipo.