Presentó una queja ante la Corte Suprema
Cristina juega su última carta en la Causa Vialidad: ¿podrá evitar la prisión?

Periodista. Abogada.
El plazo para recurrir al máximo tribunal vence este martes. Mientras el fiscal busca incrementar las penas, la expresidenta se enfrenta a una de las causas judiciales más relevantes que la podría inhabilitar de por vida.
Este martes 2 primeras, como se dice en la jerga judicial, al horario que va desde las 7.30 cuando abren los tribunales hasta las 9.30, vence el plazo para que las defensas de todos los condenados en la Causa Vialidad puedan recurrir en queja ante la Corte Suprema por el recurso extraordinario denegado por la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal el pasado 21 de marzo. La Cámara ratificó las condenas dictadas a Cristina Fernández de Kirchner, José López, Lázaro Báez y otros por fraude en la obra pública y el decomiso de $ 84.000 millones, como también la inhabilitación absoluta perpetua para ocupar cargos públicos.
Por un lado, la exmandataria buscará que el máximo tribunal revierta su condena por defraudación y la absuelva del delito que la podría llevar a la cárcel (aunque por la edad podría corresponderle domiciliaria). La defensa de Cristina había planteado que el fallo, que fue confirmado por el máximo tribunal penal del país en noviembre del año pasado, implicada un caso de gravedad institucional.
Al respecto, los camaristas resaltaron que si bien no desconocen la trascendencia del caso, lo cierto es que la gravedad institucional se vincula con la trascendencia de la sentencia apelada y, en su caso, con la necesidad impostergable de que la Corte haga una declaratoria sobre el punto en discusión. En definitiva, no toda decisión dictada en un caso de trascendencia es en sí misma trascendente, ni reviste gravedad institucional.
Por otro lado, el fiscal Mario Villar insistirá en para que se le sume el delito de asociación ilícita que durante el juicio oral y público había solicitado Diego Luciani junto con Sergio Mola y que podría elevar las penas hasta 12 años. El pedido, hasta ahora, no tuvo acogida ni por parte del Tribunal Oral Federal 2 ni la Cámara de Casación que fue el órgano revisor.
Para Villar, el rechazo fue arbitrario y no se fundamentó adecuadamente, algo que ya había planteado al presentar el recurso extraordinario. En este punto, más allá que, por mayoría, la Sala IV declaró inadmisible el recurso del fiscal contra las confirmaciones de las absoluciones por asociación ilícita, el juez Hornos en disidencia propuso que se conceda el recurso extraordinario únicamente al fiscal, no así a los imputados.
La Causa Vialidad es una de las tantas que tiene Cristina en la justicia. Esta es una de las más viejas porque nació en noviembre de 2008 tras la denuncia presentada por Elisa Carrió, Adrián Pérez y Patricia Bullrich, entre otros, que apuntaba a los Kirchner y los negociados que hacían con el empresario amigo, Lázaro Báez, quien se había beneficiado con la obra pública con la asunción de Néstor Kirchner en 2003. Tras un laberíntico camino y planteos, en 2016, cuando el gobierno de Mauricio Macri hizo el relevamiento conocido como "el estado del Estado”, Javier Iguacel, que entonces estaba a cargo de Vialidad Nacional, se presentó en Comodoro Py y le dio vida a una causa que parecía dormida.
Así, el 21 de mayo de 2019, la expresidenta estuvo por primera vez sentada en el banquillo de los acusados en la sala AMIA escuchando las imputaciones en su contra, en un proceso que ella misma catalogaba como lawfare. En diciembre de ese año, ya como vicepresidenta electa, en su indagatoria, le dijo, al Tribunal, en tono desafiante: “Este tribunal seguramente tiene la condena escrita y lo va a hacer. No me interesa. A mí me absolvió la historia y a ustedes seguramente los va a condenar”.
El 6 de diciembre de 2022, finalmente, Cristina fue condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por el delito de defraudación, pese a que la fiscalía había reclamado en sus alegatos que duraron varias jornadas, 12 años.
Desde ese momento y hasta hoy buscó revertir la situación procesal. Ahora la última palabra la tendrá la Corte Suprema, que, una vez que ingresen los planteos, estará en condiciones de resolver si abre la queja o la rechaza, dejando firmes las condenas y absoluciones, para lo cual no tiene un plazo.
Lo cierto es que Cristina se juega su última carta, aunque muchos avizoran que si no se trata ficha limpia y el fallo no sale antes de agosto, la expresidenta podrá presentarse a elecciones y así lograr tener fueros.