Comodoro Py
Alberto Fernández entre el abismo y la novela turca
El exmandatario no logró apartar al juez Ercolini y espera que la causa Seguros cambie de juez. Tanto esa causa como en el expediente por violencia de género están en condiciones de resolver la situación procesal de Férnandez.
La semana pasada el expresidente recibió una buena y una mala noticia por parte de la justicia. Fernández fue noticia durante dos días seguidos en los que concurrió a Comodoro Py. El lunes pasado casi de manera sorpresiva llegó a los tribunales acompañado de su abogada Mariana Barbitta para intentar por segunda vez apartar al juez Julián Ercolini de la causa por el escándalo de los seguros alegando una enemistad manifiesta. El juez Roberto Boico volvió a rechazar el pedido pero el viernes la noticia fue que al sortearse el juez que subrogará el juzgado federal 11 que dejó vacante en 2020 Claudio Bonadio tras su fallecimiento, la bolilla que salió de entre 3 que estaban en el bolillero fue la de Sebastián Casanello, algo que tal vez le haya traído un poco de alivio al exmandatario si es que éste acepta el cargo que actualmente está en manos de Julián Ercolini que debe resolver la situación procesal de los 39 imputados y que desde el miércoles cuando se realizó la última indagatoria, está en condiciones de hacerlo. No se sabe a ciencia cierta qué hará el magistrado que tiene 5 días para decidir. Si rechaza quedar a cargo del juzgado podría realizarse un nuevo sorteo si la cámara Federal acepta las explicaciones de la negativa.
Ahora bien si la novela del verano Icardi- Nara nos pareció entretenida dentro de lo doloroso que suele ser una separación, es porque no seguimos en detalle la que involucra al expresidente Alberto Fernández y su expareja Fabiola Yáñez. Es que desde el 6 de agosto de 2024 cuando estalló la causa por violencia de género todos los cañones apuntaron directamente al exmandatario. El martes 4 de febrero se realizó la indagatoria donde el exjefe de Estado apuntó de lleno contra el juez y el fiscal de la causa y a través de un extenso escrito alegó haber sido él víctima de los maltratos de su pareja debido a sus adicciones y reclamó su sobreseimiento. Ercolini debe resolver por estos días si lo procesa o no por hechos de violencia de género que habrían ocurrido desde 2016.
A la par de este expediente Fernández recurrió a la justicia de la ciudad para denunciar por hostigamiento a Yáñez y consiguió en enero pasado una perimetral digital por 90 días para que cesen dichas acciones. Y a su vez pidió la revinculación presencial con su hijo Francisco, con quien sólo mantiene algunas citas virtuales. Un informe interdisciplinario presentado el pasado 5 de febrero fue contundente y sostuvo que los encuentros presenciales entre el niño y su padre, “son de urgente necesidad”. La mala relación entre Yáñez y Fernández es indisimulable pero aquí se trata de priorizar el bienestar del menor que parece ser un objeto de disputa. Habrá que ver cómo avanza la pesquisa.
Por otro lado, al ex jefe de Estado se le está por abrir otra disputa administrativa/judicial. El gobierno de Javier Milei tras anunciar que se retiraba de la OMS, aseguró estar dispuesto a analizar la gestión de Fernández durante la pandemia por el COVID 19 del que creen haber estirado el encierro de los argentinos en pos de un beneficio electoral dejando a la ciudadanía a la deriva. Si esto avanza y se determinan irregularidades durante la cuarentena, se abrirá otro flanco judicial para el exmandatario que hoy está al borde de dos procesamientos, uno de ellos que lo podría llevar a la cárcel con un máximo de hasta 18 años de prisión. El hombre que supo verse empoderado cuando fue nominado por Cristina Fernández de Kirchner pasó de tener una imagen positiva muy alta a caer al día de hoy en una imagen negativa de más del 80 por ciento, entre eso y el abismo hay un solo paso.