Consejos para apreciar su sabor
Los argentinos amamos la cerveza, pero no sabemos tomarla
Disfrutamos con locura esta bebida espumosa y somos los mejores en compartirla con amigos. Pero lo hacemos mal. La temperatura y el vaso de agua, clave.
Los argentinos no sabemos tomar cerveza. Amamos con locura esta bebida espumosa, en especial en las nochecitas de verano en que el calor aprieta y la sed clama reunirse con amigos para tomar una pinta bien helada. Somos verdaderos campeones del mundo en esa práctica. Pero, insisto, no sabemos tomar cerveza. O, mejor dicho, lo hacemos mal.
Llegué a esta certeza de manera fortuita una tarde soleada en Londres, rareza monumental para esa ciudad gris, durante un viaje de trabajo. Lo único que me importaba desde el instante en que mi avión aterrizó en el aeropuerto de Heathrow era entrar a un típico pub londinense, esos con mesas de madera oscura, lámparas de estilo y espejos vintage, y tomarme una cerveza negra London Porter. Se me hacía agua la boca de solo pensar en este clásico. Pero cuando por fin pude dejar las obligaciones, sentarme emocionada en la barra del bar y probar mi cerveza, sobrevino el desencanto. No era lo que esperaba y, en mi inglés al mejor estilo Tarzán, me dirigí al bartender.
-¡Diz bir is jot! -grité indignada. -¡Esta cerveza está caliente! -también mascullé en argentino.
El tipo me miró con cara de nada durante unos segundos (quizá pensando en la mano de Dios, pero mordiéndose la lengua), para luego responder con altura y dejarme como una completa ignorante.
Esta cerveza se toma templada para poder disfrutar su sabor -me remarcó. No hubo remate: dio media vuelta y se fue a servir a otros bebedores más dignos que yo.
A mi regreso aprendí, finalmente, algunos principios básicos sobre la cerveza: nunca debe tomarse helada, salvo puntuales excepciones y, mucho menos, ¡beberla con sed como si fuera agua!
Pero dejemos que mejor lo expliquen los expertos.
“Es una costumbre muy americana y sudamericana querer tomar la cerveza siempre helada, a diferencia de lo que sucede en Europa. Es algo cultural y en la Argentina está muy arraigado”, cuenta María Sol Cravello, sommelier de cerveza en Cervecería y Maltería Quilmes y Licenciada en Tecnología Industrial de Alimentos.
“El problema -agrega- es que existe un mundo inmenso de cervezas de deleite, para saborear, y si se toman muy frías resulta un desperdicio porque no se aprecia su complejidad de sabores, como maltas tostadas o notas más frutales o florales, o aquellas que vienen de la fermentación o del lúpulo”.
La chica sabe: es una de las ocho juezas de Argentina que participa del Beer Judge Certification Program en distintas competencias internacionales. Y es bueno hacerle caso. Lo ideal, dice, es sacarlas de la heladera un buen rato antes y tomarlas a una temperatura de 8 grados.
Con todo, para los amantes de la birra bien helada existe un consuelo. “Si la cerveza es más ligera, bien carbonatada, de bajo alcohol, menos amarga, creadas para refrescar más que deleitar, ahí sí se toman a muy bajas temperaturas, 2 ó 3 grados, porque no tienen aromas marcados ni sabores muy potentes”, alivia Cravello.
En ambos casos, hay algo en lo que tampoco debe haber dudas y es en lo que refiere a la espuma, atributo que caracteriza a la cerveza y la hace única. Según la sommelier, siempre se sirve con espuma y lo ideal es hacerlo con dos o tres centímetros para proteger a la cerveza del oxígeno, concentrar sus aromas y evitar que el gas se vaya rápido. Incluso por una cuestión visual: un vaso de cerveza con espuma siempre es más atractivo y tentador.
El vaso de agua
Si a esta altura de los acontecimientos usted creía que sólo la temperatura era el único pecado cometido por los argentinos al tomar una cerveza, se equivocó fiero. Hay un error aún más grosero: tomar todas las cervezas heladas como si fuera agua, creyendo que así calmaremos la sed. Pobres queridos de mi corazón. Lo único que van a lograr es deshidratarse.
“Sabemos que la cerveza es una de las bebidas alcohólicas de mayor moderación, porque su graduación suele ir de 0 a 14 porciento. Pero lo recomendable es que al tomar alcohol la persona se hidrate”, remarca Cravello.
¿Cómo hacerlo? Es simple: la cerveza debe tomarse alternando con un vaso de agua, al igual que se consume el vino.
Martin Giannini, médico especialista en nutrición y obesidad (MN 114711), lo explica mejor: “El alcohol deshidrata, por eso, cuando se toman bebidas alcohólicas debemos incorporar agua para recuperar el líquido perdido. Más aún si con el alcohol se ingieren alimentos muy salados, embutidos y snacks, que aumentan la retención de líquidos y profundizan la deshidratación. Lo ideal es ingerir un vaso de agua por cada vaso de cerveza”, aconseja.
¿Usted lo hace? No, no lo hace nadie. Y es hora de incorporar este hábito por varios motivos más. Si uno toma cerveza para calmar la sed en lugar de hacerlo para saborear su universo de sabores, probablemente, además de deshidratado, termine con unos kilos de más.
“Una lata de cerveza de 330 ml. no engorda porque tiene apenas unas 140 calorías, un valor calórico muy similar al de un alfajor glaseado. Lo que engorda es el exceso de calorías ingeridas durante todo el día. Y si uno come o toma más calorías de lo que gasta, ese exceso se guarda como grasa en el tejido adiposo”, remarca el especialista. En ese caso, habría que entrenar o ir al gimnasio para quemar calorías y comer y beber sin culpa, pero esto es arena de otra nota.
¿Podemos seguir tomando todas las cervezas como venimos haciéndolo? Claro. Pero siempre es mejor aprender. Si sabemos beberla con la temperatura adecuada, entraremos en un mundo de sensaciones y sabores maravillosos que ahora desconocemos. Y si lo hacemos alternando cada vaso de cerveza con un vaso de agua, podremos beber varias rondas de esta bebida alcohólica deliciosa más consumida por los argentinos.
Giselle Rumeau
Cocinera y periodista
Cervezas que se toman bien frías (3-7°C)
Son cervezas ligeras, refrescantes y con menor contenido alcohólico:
- Lager comerciales
- Pilsner
- Blonde Ale
- Witbier
- Helles
Cervezas a temperatura media (8-12°C)
Con más cuerpo y complejidad:
- Pale Ale
- Amber Ale
- Kölsch
- Bock
- Saison
Cervezas que se disfrutan templadas (12-16°C o más)
Más intensas, con mayor graduación alcohólica y cuerpo:
- Stout y Porter
- Doppelbock
- Barleywine
- Belgian Strong Ale
- Scotch Ale
- Imperial Stout