Sanidad
Virus del Papiloma Humano: cómo tener una sexualidad que resulte placentera y cuidada

Médico Sexólogo. Divulgador en Salud.
El Papiloma Virus afecta a la mitad de las adolescentes sexualmente activas. El uso de medios de protección y una fluida comunicación familiar son pilares fundamentales de la prevención.
El pasado 4 de marzo fue el Día Mundial de Prevención y Lucha contra el Papiloma Virus (VPH o HPV por sus siglas en inglés), que es considerada una infección que se transmite, principalmente, por vía sexual, y, por eso, resulta fundamental conocerla, para saber sus riesgos, cómo cuidarse y tratarse.
El HPV se presenta con mayor frecuencia en mujeres, pero también afecta a los hombres. Existen más de 100 cepas, de las cuales cerca de 40 producen la mayoría de las enfermedades oncogénicas, que se clasifica de mayor y menor riesgo de generar algunos tipos de cáncer. Cada año se presentan casi 9.000 nuevos casos de cáncer asociados al HPV en la Argentina.
Un estudio realizado en nuestro país demostró que cerca del 50% de las adolescentes de entre 15 y 17 años, sexualmente activas, ya se habían infectado con el virus del HPV y que más de la mitad era del tipo oncogénico. Pero bajaba la incidencia en quienes habían sido vacunadas.
Por otra parte, se estima que cerca de un 80% de la población mundial puede estar en contacto y padecer el VPH.
En un alto porcentaje, el organismo de cada persona, mediante su propia inmunidad puede eliminar al VPH, en un período de uno a dos años, pero en otros permanece, y esto puede aumentar el riesgo de tener complicaciones en la salud.
El VPH no solo se limita a poder generar verrugas en los genitales, sino que puede afectar el útero, la garganta o el ano, donde puede aumentar el riesgo, dependiendo de la cepa, de causar cáncer en la vulva, la vagina, el pene, el cuello uterino, la orofaringe y el ano.
Por eso, es clave hablar de una sexualidad donde prime el consentimiento, el deseo, el erotismo y la búsqueda de placer, pero también que sea cuidada, mediante el uso de preservativo o campo de látex en todo tipo de relación sexual.
Además, es importante informar que la provisión de preservativos es gratuita en hospitales públicos de todo el país, en los Centros de Salud y Acción Comunitaria (CESAC) y en Estaciones Saludables en la Ciudad de Buenos Aires. Por otra parte, con una receta médica de una obra social o prepaga se tiene derecho a retirar hasta 30 preservativos gratis por mes en la farmacia que atiende la cobertura en salud.
La prevención también se basa en una fluida comunicación familiar, para llevar a la consulta ginecológica a las adolescentes y a urólogos o sexólogos a los varones, antes de su debut sexual, para que saquen sus dudas, inquietudes, o conozcan la mejor forma de cuidarse, y disminuir riesgos, tanto de una infección de transmisión sexual, como de un embarazo no deseado.
También es muy importante la Educación Sexual Integral dada por profesionales capacitados, en donde se haga hincapié en el autocuidado, respeto, consentimiento, y buen uso de métodos de barrera para disminuir el riesgo de transmisión en todo tipo de relación sexual y recordar que en el calendario nacional de vacunación está incluida la vacuna contra el VPH. Esta se aplica a los 11 años —aunque puede ser un poco antes—, de forma gratuita y protege contra las variantes más frecuentes del VPH, pero puede aplicarse hasta los 26 años siempre sin cargo.
Otra manera de prevención es realizar la consulta ginecológica para realizar el Papanicolaou, o urológica, según corresponda, ante cualquier lesión o verruga qué aparezca en los genitales, o cuando haya dolor, irritación, molestias o sangrado, para llegar al diagnóstico correcto y de ser necesario, el tratamiento adecuado, y además para actuar en la prevención.
En síntesis, hay que complementar el cuidado con información correcta para protegerse.
El VPH tiene una alta prevalencia en la población, puede o no causar síntomas y hay algunos subtipos o cepas de mayor riesgo para generar cáncer. Por eso, lejos del miedo, lo importante es tener acceso a información de calidad, para decidir libremente cómo cuidarse. El conocimiento es clave, en cada elección de las personas.
La sexualidad es parte de nuestra vida, y muchas veces, la desinformación nos pone en riesgo. Vemos un “bombardeo” desde las redes sociales, donde las y los adolescentes pasan muchas horas conectados, en donde personas sin conocimiento —influencers, o pseudo-médicos— dan consejos erróneos, o sin sustento científico, que pone en riesgo la salud de los jóvenes.