Efemérides del vino
17 de Abril: día internacional del Malbec

Sommelier.
Esta cepa forma parte del alma argentina, al igual que Maradona, el tango, el folclore y la celeste y blanca.
En 1852 Domingo Faustino Sarmiento fue quien propuso la creación de una quinta agronómica a Pedro Pascual Segura, gobernador de aquel Mendoza. El sanjuanino también tomó por iniciativa para la creación de la Quinta Normal de Santiago de Chile. En sus días de exilio en el país vecino, Sarmiento conoció a Michel Aimé Pouget, un agrónomo francés, y quedó maravillado con el trabajo y técnicas que este había logrado en la vitivinicultura chilena. Es ahí, donde inmediatamente tiene la visión de que replicar el mismo modelo podría transformar la agricultura mendocina. Un 17 de Abril de 1853 el sueño se cumplió y se presentó el proyecto ante la legislatura para la creación de la Quinta Normal de Agricultura de Mendoza. Esta escuela sería dirigida por el mismísimo Pouget, quien trajo injertos de varias cepas europeas, entre ellas la Malbec. A partir de ahí, es el comienzo de una nueva historia de amor… y vinos.
Para ese entonces el consumo de vino local era abundante, nada que ver a los días de hoy, pero la calidad era bastante rústica. Los vinos que circulaban eran principalmente de variedades criollas como la Criolla Chica o la Moscatel de Alejandría. Estos brebajes eran de consumo diario casi siempre servidos en damajuanas o jarrones, las pulperías o fondas pueden dar fe de esos momentos. Es decir, se tomaba mucho más pero de menor calidad. Y tampoco había el conocimiento, técnica y tecnología de estos tiempos. El estilo del vino era más bien ligero e incluso muchos lo rebajaban con un poco de agua. En algunos casos hasta eran algo dulces. Se elaboraban en los fondos de las casas por algunos productores locales o familias de inmigrantes que habían aprendido como hacer su propio vino. En esa época no existía ninguna industria ni nadie que los controlara, salvo el gobierno de turno. Entonces, lo que Sarmiento vio de Pouget, a parte de su know how, fue el grandísimo trabajo que había hecho en la quinta agronómica de Chile y le pidió replicarla en Mendoza, para dar comienzo a una nueva etapa en la calidad del vino argentino.
El Día Mundial del Malbec se celebra anualmente el 17 de abril, en homenaje a la uva emblema de Argentina. Es una oportunidad fantástica para explorar los sabores de esta cepa, que abarcan de aromas frutales, florales, especiados y hasta esos que nos pueden dar la crianza en barricas.
El Malbec es una uva originaria del sur de Francia -en Cahors- pero hoy en día se asocia principalmente con Argentina. De hecho, es el vino más popular de la región vinícola de Mendoza, un hermoso lugar que no podes dejar de visitar si sos amante del buen vino.
Es un varietal que conecta pasado, presente y futuro. Una uva que embellece cualquier paisaje y que nos regala momentos únicos. Un vino que nos alegra, nos convoca a reunirnos y que fue, es y seguirá siendo testigo de las mejores anécdotas. No se dan cuenta que nuestro varietal emblema es símbolo de unión y alegría. El compañero de los mejores platos y de nuestros sabores típicos. A diferencia de lo que algunos piensan, el Malbec no tiene techo.
En suelo galo no fue de las uvas más mimadas, todo lo contrario, se utilizaba para estirar vinos o elaborar vinos de mesa. En cambio, en Argentina encontró condiciones únicas y supo adaptarse de la mejor manera, siendo reconocida por su calidad, expresión y capacidad de adaptarse a cualquier terroir, cosa que no pasaba en el resto del mundo. Gracias a nuestra tradición, dedicación, búsqueda, pasión, conocimiento y profesionalismo, logramos que nuestro Malbec sea un referente mundial.
Es un hecho que muchos referentes del vino a nivel internacional, se hayan visto atraídos por nuestra tierra, ejemplos como los famosos franceses Michel Rolland, François Lurton, Hervé Joyaux Fabre, eligieron invertir y quedaron enamorados no solo de los vinos sino de nuestra cultura. Los críticos internacionales Tim Atkin, James Suckling y Luis Gutierrez, también decidieron poner en agenda el reporte anual de los vinos argentinos. Más allá de que esto último puede generar cualquier controversia, es un hecho el interés por nuestro potencial.
Otro claro ejemplo es el de Jancis Robinson, una de las críticas más respetadas del mundo vitivinícola, que en su reporte destacó la transformación de nuestros Malbec, que de ser potentes y robustos pasaron a estilos mucho más amables y refinados.
En conclusión, tenemos que seguir creciendo entorno a nuestra cepa emblema, fomentar más reuniones para seguir aprendiendo de este varietal y nunca dejar de disfrutarlo. Miremos desde adentro hacia fuera. Por ahí leí una nota en donde se cuestionaba si la variedad había llegado a su techo, creo es malo hacernos ese tipo de cuestionamientos. Disfrutemos del vino, celebremos que puedan haber etiquetas para todos los bolsillos y gustos. Potenciemos nuestra estrella y no la opaquemos con discusiones ególatras y partidarias. No cometamos el error de politizar nuestro bebida nacional. No seamos tan hipócritas de cercar nuestro Malbec y transarlo por unos pocos.
¡El Malbec es tan argentino como cada historia que nace en esta tierra, lleva en cada copa el mismo orgullo de nuestras tradiciones. Es tan argentino como el alma de su gente!