Un delito que crece
Trata de personas en Chile: alerta para la Argentina
El número de casos se multiplicó por diez en la última década. La gran cantidad de pasos fronterizos permite a las organizaciones llevar a sus víctimas con bastante facilidad.
La trata de personas y la migración aumentaron en Chile en los últimos años. Pese a los grandes esfuerzos que impulsa el gobierno de Boric para enfrentar el problema, no logran detenerlo ni bajarlo, sino todo lo contrario.
Las cifras del gobierno chileno muestran 104 víctimas en casos de explotación sexual en 2023, contra sólo nueve en 2013. Esto indica que el número de casos de trata de personas se ha multiplicado por más de diez en la última década.
Para el Centro de Políticas Migratorias de Chile, que es un think thank centrado en la política migratoria, las tendencias en la dinámica de la trata de personas desde 2011 explican cómo ha evolucionado esta “economía criminal”.
Los traficantes de personas se han aprovechado de las tendencias migratorias y, por eso, los migrantes representan la gran mayoría de las víctimas. Esto suele ocurrir en regiones de amplio movimiento de gente como Santiago y Antofagasta donde la migración es importante.
La presencia de puntos de cruce de migrantes informales e irregulares en estas dos últimas regiones permite a los traficantes transportar a las víctimas a Chile sin pasar por el control de Aduana y Migraciones, donde se les requeriría documentación personal.
Esta modalidad es afín a lo que ocurre en nuestro país. Argentina sufre desapariciones de niños y jóvenes de los cuales nunca se tiene registro del paradero, pero siempre se especula en que se los saca rápidamente del país por pasos no controlados o con alguna otra modalidad para poder atravesar los controles de frontera.
Como sea, Chile es una frontera muy larga con muchos pasos por donde las organizaciones dedicadas al tráfico en ese país pueden ingresar personas desde la Argentina. Los investigadores creen que muchas víctimas pueden llegar a Chile simplemente siendo introducidas de contrabando a menudo por organizaciones transnacionales involucradas en el tráfico de personas, así como por otras “economías delictivas”, como el tráfico de drogas.
Es un clásico ya conocido entre los especialistas que las rutas del contrabando son comunes a distintas áreas de delitos, por ejemplo, fauna, electrónica, armas, drogas y personas. Incluso, se han detectado algunos casos gente que estaba durmiendo en un contenedor, sin servicios básicos, mientras era llevada oculta junto con otros artículos.
Podemos inferir que muchas de estas víctimas pueden ser seducidas y engañadas con distintas promesas de trabajos y vidas importantes, cuando no son directamente secuestradas como parece ser algunos casos muy sonados en la Argentina como los de Loan, Lian o Sofía Herrera, que desapareció el 28 de septiembre de 2008 en un camping en Río Grande, Tierra del Fuego. En ese momento, tenía tres años. Nunca más supimos de ellos: la pequeña Sofía bien podía haber sido cruzada hacia Chile sin problema.
Las causas y métodos por los cuales desaparecen son variados y hasta se mezclan con otros delitos que manejan las grandes organizaciones y muchas veces la justicia de los países no está a la altura para ayudar a combatirlos. No importa si estas personas son llevadas para realizar trabajo esclavo o víctimas de adopciones ilegales, pasando por el amplio abanico que abarca diferentes delitos.
¿Cómo combatir la trata? En primer lugar, hay que sentenciar severamente a todos los que forman parte de la cadena del delito: el apuntador, el entregador, el vendedor, el comprador, el explotador y el funcionario colaborador. Todos deberían recibir la misma pena, ya que todos resultan imprescindibles, son partícipes necesarios. Algunos jueces se equivocan y, así, algunos acusados reciben penas menores porque consideran que su rol es menor.
La Policía y otros funcionarios gubernamentales también deberían tener un protocolo claro y un Manual de Procedimiento que sea uniforme en todo el país. Hasta me atrevería a decir en la región actuarán de la misma forma cumpliendo con tareas imprescindibles en forma rápida y sin errores. Vimos muchas veces que los organismos que intervienen en estos casos carecen de la capacidad o experiencia para actuar debidamente.
También es importante identificar a las víctimas de la trata y saber a qué organismos deben remitirse los casos. Además, es muy importante hacer un registro en un banco de ADN de los desaparecidos y saber cómo asistir y contener a las víctimas recuperadas. Darles protección y asistencia a las víctimas es un punto básico que se debe tener muy bien establecido, con presupuestos adecuados para esto y para todo lo anteriormente citado.
En Chile si bien como dijimos tratan de combatir este delito de trata hay pocas campañas de información dirigidas a las víctimas, las poblaciones vulnerables y los funcionarios municipales y de salud. Esto se debe, en parte, al bajo número de casos detectados y procesados antes de la tendencia al alza que comenzó en 2017.
Argentina no solo corre el riesgo que generan estas organizaciones criminales de Chile: nuestra frontera es permeable también en pasos con otros países limítrofes, donde también hay peligrosas bandas dedicadas a la trata de personas.
Es muy importante, para finalizar, mantener permanentes campañas de difusión al estilo de Missing Children para que la ciudadanía no olvide, no pierda, la memoria y, sobre todo, mantenga el interés.