Expresidente de El Club de los Viernes
Roberto Granda: “El triunfo de Milei es la respuesta al latrocinio que la Argentina vivió durante décadas”

Periodista.
Periodista, presidió el think thank liberal español que le concedió un premio al presidente argentino. De opiniones contundentes, carga contra la izquierda, el populismo y el gobierno de Pedro Sánchez.
MADRID (Corresponsal) — La cita era el viernes 21 en el Centro Riojano de Madrid, en el hermoso barrio de Salamanca. Allí, el presidente Javier Milei iba a recibir un premio de parte de El Club de los Viernes, una de las entidades que defienden los principios liberales en una España donde el liberalismo carece de representación parlamentaria. El convite quedó para más adelante.
Roberto Hernández Granda es periodista, licenciado en medios de comunicación por la Universidad de Wolwerhampton (Inglaterra), diplomado en guion, redactor jefe de un sitio de cine (Sala 1) y, desde 2020 hasta 2024, fue presidente de El Club de los Viernes. Aquí, un resumen del diálogo con Newstad.
— ¿Qué es el Club de los Viernes?
— El Club de los Viernes es una plataforma de ideas liberales, un think tank, y nace para confrontar la hegemonía de las ideas socialistas en el ámbito intelectual y de los medios. También es una respuesta al surgimiento de nuevas formas de nacional populismo que suponen un serio riesgo para el progreso y la libertad, caso de los partidos de extrema izquierda fundados en España, legatarios de los movimientos bolivarianos. La colaboración a ambos lados del Atlántico es absoluta, y la prueba es la buena relación con el entorno del presidente Milei.
— ¿Por qué el premio que van a otorgarle a Milei se llama Escuela de Salamanca?
—Se conoce como Escuela de Salamanca a un grupo de teólogos y juristas españoles de los siglos XVI y XVII que supieron adaptarse, antes que nadie, a las novedades al albor del humanismo renacentista, el descubrimiento de América y la reforma religiosa. Se desarrolló en la Universidad de Salamanca a partir de las lecciones impartidas desde su cátedra por el dominico Francisco de Vitoria. Fue, ante todo, una escuela de pensamiento teológico y jurídico, pero se ocupó también de los fenómenos económicos como forma de plantear problemas morales. Algunos economistas de la llamada Escuela Austriaca han llegado a decir de los escolásticos de Salamanca que han sido precursores de la versión del liberalismo económico.
—También le entregaron este premio a Isabel Díaz Ayuso. ¿Cree que, dentro del Partido Popular, ella es la que más defiende al liberalismo?
—Ayuso, y hablo desde mi punto de vista, es un verso suelto dentro del PP. Ella trasciende las siglas de su partido y es un fenómeno de masas porque le habla a la izquierda en su mismo lenguaje: es vehemente, castiza y no rehúye la batalla cultural ni ante la supuesta superioridad moral de la izquierda. Una izquierda que en Madrid es especialmente deleznable, sectaria y de intelecto no muy vigoroso. Una muestra de su vileza es cómo utilizan un relato falsario de lo acontecido en las residencias de la Comunidad de Madrid durante la pandemia para atacar a Ayuso, cuando el gobierno de Pedro Sánchez desoyó todas las alertas de la OMS y Seguridad Nacional, para poder celebrar su aquelarre feminista del 8 de marzo de 2020. Además de usar la pandemia para el lucro personal mediante la corrupción en la compra de mascarillas y material sanitario. Lo que demuestra que Milei tiene razón cuando dice que los zurdos son unos hijos de mala madre.
—Hablando de liberalismo en España, ¿por qué todavía no hay ninguna figura política de relevancia semejante a Milei?
—Milei es una figura política que nace en las redes y allí va creciendo. Sus videos y sus declaraciones ya habían llamado la atención antes de que iniciara su carrera a la presidencia. Su triunfo electoral es la respuesta al latrocinio que Argentina ha vivido durante décadas, con una casta política parasitaria y delincuencial. En España, el hartazgo hacia el sistema bipartidista lo canalizó la extrema izquierda populista, con figuras como Pablo Iglesias, que a partir de 2014 empezó a pastorear a la parte de la sociedad más culturalmente vulnerable, siguiendo esa acertada frase de Fernando Savater de que el populismo es la democracia de los ignorantes. En cuanto a un perfil semejante, el líder del tercer partido de España, Santiago Abascal (VOX), tiene una amistad personal con Milei, pero no creo que sean fuerzas políticas extrapolables, ya que VOX es más conservador que liberal, aunque haya puntos en común en sus programas. En España, la revolución liberal aún está por hacerse.
—¿Quiere decir que aquí hace falta implementar la “motosierra”?
—Sí. Motosierra metafórica y te diría que incluso literal. Pero no quiero que me censuren o me acusen de promover la violencia si digo cómo haría los recortes, y de qué abrupta forma (risas). El gasto público es un derroche sin fondo del dinero del contribuyente, al que se expolia sin piedad mediante unos impuestos abusivos y cuyo retorno es una Administración ineficiente. Un solo ejemplo: Irene Montero, que fue ministra de Igualdad, gestionó 525 millones de euros en su cartera, y los usó para ideología de género, viajes con las amigas, chiringuitos, estudios sin base científica y enchufar a colegas y conocidos en cualquier puesto creado ad hoc. Para no extenderme, te doy el dato final: España se gasta en sueldos públicos 140.000 millones de euros. Nos haría falta un camión lleno de motosierras.
—Me parece que la corrupción ha crecido en España. Sin embargo, no parece haber afectado mucho al gobierno. ¿Si las cosas van bien en economía es posible gobernar pese a estar acusado de corrupción?
—Tampoco es que la economía vaya bien. Lo que pasa que el aparato del gobierno es brutal: tienen una apisonadora comunicativa, han comprado a periodistas que cobran barbaridades por ser las furcias mediáticas del sanchismo. Sánchez no ha ganado nunca unas elecciones. En su primer mandato llegó tras una moción de censura al gobierno de Mariano Rajoy (PP) y en el segundo no fue el candidato más votado, pero alcanzó un acuerdo de investidura negociando con el brazo político del grupo terrorista ETA, con la extrema izquierda bolivariana y con el nacionalismo supremacista catalán, los que dieron un golpe de Estado en 2017. Sánchez es una autócrata sin escrúpulos y sin ningún tipo de freno moral.