Pablo Duggan: un panqueque liberal y populista capaz que admira a Javier Milei

Estoy en la cocina a punto de hacerme un panqueque. Y no sé porqué pero se me vino Pablo Duggan a la cabeza.

Mientras bato los huevos y empiezo a mezclarlos con la harina de garbanzos pensaba en el Padre de la Axiología, Franz Brentano, a quién tantas veces he leído. Principalmente por ese enfoque tan sabio entre los conceptos psicólogos de aquel entonces (finales de 1800) y la filosofía de los "valores" y la "moral" de la que tanto había hablado Immanuel Kant. Un genio que resaltaba a la dignidad como valor intrínseco del ser humano: "no debemos presentarnos hacia los demás como meros medios". Pucha, se me vino a la mente Duggan de nuevo.

Y me cuestiono una inquietud retórica...¿Puede un ser humano cambiar sus valores enraizados fuertemente en su ser ? Básicamente esos que te definen, los primarios.

Estoy viendo si le pongo a la mezcla más manteca de lo habitual, quiero que mis panqueques queden bien húmedos. Hoy salen con relleno de cacao, miel, y mantequilla de maní.

Otra imagen se me presenta... ¡y dale con Duggan! Previo a la pandemia está sentado en la mítica mesa de Polémica en el Bar, por América TV. Cae como invitado el economista del momento: Javier Milei. ¡Duggan se deshace en elogios! Y los expresa: " el mejor economista del mundo". Habla de la plata que cobran los jubilados y asevera con una liviandad absoluta que no son los que peor están en el país. Su compañero Chiche Gellblung estalla en gritos y no sabe cómo callarlo. Duggan argumenta que no defiende personas, defiende ideas. Prendo la hornalla y caliento la sartén. Milei contempla la pelea mediática. Pienso en el Duggan versión 2025. Y en cuan poco tiempo cambió sustancialmente sus ideas. Se me mezcla todo: la filosofía de los valores, la inmoralidad de los seres humanos, y la falta de valor de algunas personas de no poder sostener en el tiempo sus creencias. Pongo un chorrito de aceite sobre el hierro. Crepita.

Recuerdo una nota en el programa "A la tarde" de Karina Mazzoco en pleno auge del Covid. Duggan con barbijo arremete contra Milei. Lo trata de peligroso entre tantos menesteres. Sin piedad le prodiga varias cositas más (¿No era que lo admiraba??). Es momento de tirar la masa al fuego. Tomo el mango y  dejo que la mixtura de extienda sobre la freidera. ¿Cómo puede ser que un tipo cambie tanto tán rápido? La vida no deja de sorprenderme.

Vuelvo a mayo de 2017. Gobierno de Mauricio Macri. Duggan acomete en twitter contra Cristina Kirchner sin anestesia: "Cristina explica todo lo que hay que hacer y que ella nunca hizo. Que suerte que Cristina no tiene ninguna responsabilidad sobre lo mal que la gente está ahora" tuitea con sorna. Luego aprovecha y atiende a Axel Kicillof: "fue una calamidad para el país". La gente lo tilda de macrista. Sí, leíste bien. M-A-C-R-I-S-T-A. En el 2023 entrevista a Cristina en Duro de Domar como si jamás hubiera dicho nada. Táchame la doble.

Mantengo la intensidad de mi hornalla. Se me hace agua la boca. Se infla la masa y ¡sin grumos! Hablando de agua, recordé otro posteo inolvidable de Duggan. Agosto 2022: "Hoy nos bañamos juntos con mí hija. Nos experimentamos, nos tocamos, nos vamos conociendo. Soy el primer hombre de su vida". Todo muy al límite, ¿no? La gente lo insulta con fervor. Corto las frambuesas y las remojo. Me acuerdo también de la metida de pata en la que tuvo que intervenir Débora Plagger y ponerle los puntos en el ciclo Involucrados. Venían hablando de los casos de abuso que se habían desatado en el club River Plate: "La ley dice que si el chico no se siente abusado, no hubo abuso". Así nomás lo dijo, sin tanta alusión eliptica. Esa frase con tinte  pederasta logró que casi casi quedará cancelado. Pero zafó luego de un sutil pedido de disculpas. Dios hace milagros ¿Eh? Lejos de reconsiderar evitar manifestarse sobre temas tan sensibles y más acá en el tiempo, respaldó un fallo del ex juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni , en el que se señalaba que un abuso no era delito porque la luz estaba apagada. Otra genialidad. Mejor me concentro en mi postre. Voy a agregarle canela al relleno.

Me conecto con el Duggan actual mientras veo como se van dorando los bordes de los panqueques. Falta menos y me los engullo. Sus prepotencias constantes. Antonio Acre desde su panel lo expone como virulento e irrespetuoso. Mariana Brey (quién lo humilla noche a noche con altura y respeto) tiene que negociar con sus escaladas de violencia y desprestigio en cada una de las emisiones. Ana Maccaroni (histórica productora y trabajadora del Medio) lo demanda por "hostigamiento y maltrato". Marcela Tauro relata como Julia Mengolini se iba a llorar al baño en silencio  cada vez que la destrataba y ninguneaba al aire... ¿Sigo?

Un odiador serial. Voy a cambiar la miel por azúcar mascabo. Pongo la pava para el mate. El gran Baby Etchecopar lo definió a la perfección: "Pablo Duggan cristinista a muerte" ( pero...¿no era del otro partido??) Cuánto debería aprender de Baby.

Demasiadas preguntas me invaden el cerebro. Hoy mismo le contestaba en una red social a Yanina Latorre algo así como: "yo cambié para mejor". Respuesta de sobrecito de azúcar. Y entonces vuelvo con los conceptos básicos de la Axiología. Y estoy convencido de que la esencia de las personas NO cambia. Las convicciones reales no se modifican. A menos que seas Duggan. A menos que seas Duggan. Linda frase para hacerse una remera. A menos que seas Duggan.

Hace poco cometió otro exabrupto contra el Presidente  Javier Milei. Hay un tema de saña personal ahí. Unilateral, claramente. Duggan supone que es de esos periodistas potentes que pueden mancillar la imagen de un Presidente. Pobrecito, ficción en demasía . Había relacionado una frase del mandatario con el Nazismo. Tuvo que salir a pedir  perdón inmediatamente ante semejante BURRADA.  Se comió los mocos.

Creo que también es hora de que yo me coma mí hermosa creación. Un poco de crema para decorar y pedacitos de nuez molida.

Estoy en la cocina a punto de devorarme un panqueque. Y no sé porqué pero se me vino Pablo Duggan a la cabeza.

Duggan y panqueques.
Duggan y panqueques.
Duggan y panqueques.

Mejor me hago la remera con esta última frase. Suena más cool.