Opinión
Nisman: diez años del disparo que mató al gobierno y aterró a una sociedad
Por Lourdes Marchese
No es un aniversario cualquiera, se cumplen 10 años de la desaparición física de quien en vida fuera el fiscal Natalio Alberto Nisman. Su muerte generó conmoción al punto que se realizó una masiva marcha del silencio para homenajearlo en medio de una lluvia torrencial con varios fiscales a la cabeza. Por otro lado, se abrió una grieta en la sociedad entre los que creyeron desde un primer momento que se trató de un asesinato a sangre fría y quienes en un intento por denostar su figura hablaron de un suicidio y filtraron fotos de la vida íntima.
La investigación nació mal de entrada porque pese a tratarse de un funcionario de la justicia federal que investigaba el atentado de la AMIA y su presunto encubrimiento, fue el fuero ordinario y no el federal el que inició la investigación por la muerte. Era domingo 18 de enero de 2015. Nisman ese fin de semana estaba preparando su presentación para ir a exponer al Congreso luego de haber presentado una denuncia contra el gobierno de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner por presunto encubrimiento del atentado de la AMIA a través de la firma del Memorándum con Irán. Aquella noche de verano, su cuerpo yacía en medio de un charco de sangre en el baño de su departamento del piso 13 de la Torre Le Park de Puerto Madero, cuando fue encontrado por su madre y uno de los custodios que según la fiscalía lo dejó desprotegido al menos por 15 horas desde el sábado 17.
A la escena del crimen ingresaron más de ochenta personas donde todo fue pisoteado y sin ningún recaudo. Según el informe elaborado por la fiscalía a cargo de Eduardo Taiano que se hizo cargo de la investigación luego de que la jueza Fabiana Palmaghini la enviara al fuero federal, desde el procedimiento inicial, estuvo plagada de irregularidades y de acciones tendientes a desviar su curso por parte de diferentes actores. “El expediente estuvo marcado, durante los primeros dos años aproximadamente, por vicisitudes que generaron en la opinión pública una sensación de impunidad”.
Para Taiano, que entendió que se trató de un homicidio motivado por su función en la UFI-AMIA y su accionar vinculado al Memorándum con Irán, se corroboró la participación activa de terceras personas en la muerte del Dr. Nisman, las cuales ingresaron al departamento y, luego de reducirlo, lo trasladaron hasta el baño ubicado en el cuarto principal de la vivienda. Allí, con la intención de simular un suicidio, lo obligaron a colocarse de rodillas y le dispararon en la cabeza, en el horario comprendido entre las últimas horas del 17 y la madrugada del 18 de enero de 2015.
También se verificó que como parte del plan criminal tendiente a simular un suicidio fue necesario facilitar el ingreso al domicilio de un arma con un vínculo verificable que permitiera franquear accesos y controles hasta el Dr. Nisman e inicialmente implantar la duda respecto del fatal desenlace -concepto conocido como "arma amiga"-. En el caso, el plan homicida se llevó adelante con la utilización de un arma registrada a nombre de Diego Ángel Lagomarsino, (hoy procesado como partícipe necesario) colaborador cercano del fallecido fiscal y que prestaba servicios en la UFI-AMIA.
El fiscal Taiano también analizó la labor ineficiente de los custodios (hoy procesados por encubrimiento e incumplimiento de los deberes de funcionario) que debían proteger a Nisman en su departamento. Destacó en su informe de 52 páginas, que durante ese fin de semana los miembros de la Policía Federal Argentina que debían protegerlo abandonaron la consigna vigente en reiteradas ocasiones y por lapsos de tiempo prolongados, dejándolo totalmente desprotegido.
Hoy la causa suma fojas y fojas, unas veinte mil en ciento veintiséis cuerpos. Se han solicitado nuevas medidas de prueba. Se libraron nuevas órdenes a empresas telefónicas para obtener los registros entrantes y salientes de cerca de 100 abonados. Se imputó a Luis Alberto Heiler -Prefecto General de la Prefectura Nacional Argentina-, Román Di Santo-ExJefe de la Policía Federal Argentina-, Sergio Berni -ExSecretario de Seguridad del Ministerio De Seguridad de la Nación- y Darío Ruiz -ExSecretario de Cooperación con los Poderes Judiciales, Ministerios Públicos y Legislaturas del Ministerio de Seguridad de la Nación-, quienes intervinieron en el procedimiento llevado a cabo en el complejo Le Parc a raíz de las irregularidades detectadas en el ámbito de su accionar.
Actualmente, se siguen recibiendo testimonios de los agentes de inteligencia que mantuvieron comunicaciones relevantes el fin de semana de la muerte de Nisman y cruzando los datos que surgen con la información. Lo cierto es que a diez años de la muerte no hay certezas sobre las responsabilidades materiales e intelectuales del crimen pese al esfuerzo de la justicia de seguir juntando pruebas para llegar a la verdad. Y como dice el refrán “Tiempo que pasa, verdad que huye”.