Espectáculo y política
Mala gente: ¿Nos merecemos estos actores?
La hipocresía de quienes defienden la “causa palestina” y el feminismo, y denuncian censura, pero son incapaces de reaccionar ante el crimen terrorista de la familia Bibas.
Hace unos días tuve una escaramuza tuitera con el actor Federico D´Elía . Me trató de desagradable y no sé de que otra cosa más. Florituras.
Pareciera ser que levantar la voz ante tamaña tibieza por parte de la exangüe colonia artística que tenemos te transforma inmediatamente en un ser “poco querible”. A esta altura, me importa poco lo que puedan llegar a pensar sobre mi forma de ver el mundo, o cómo lo verbalizo.
No me van a doblegar. Cuando algo no va, no va. Y si bien no me sorprende que tan POCOS actores se hayan enronquecido ante el asesinato despiadado de los pequeños Bibas, no deja de sacar lo peor de mí. Jodete Federico D´Elía. Muchos de tus colegas son ruines, mala entraña, trigo seco.
Los mismos que colgaron en sus redes banderas multicolores cuando el presidente dijo lo que dijo en Davos, ahora se llaman a silencio. Qué sugerente, ¿no?
Raro todo.
Es que no comemos vidrio y nos damos cuenta de la ideología nefasta que los motoriza. Desde Cecilia Roth —que factura en euros cómodamente desde España— hasta Abel Pintos —amante de los shows financiados por el gobierno del lugar de turno—. Todos llorando censura. Pueden decir lo que se les ANTOJE en cualquier medio con total LIBERTAD, pero, para ellos, la censura existe en Argentina, nunca en Venezuela...
Raro todo.
En el festival de Cosquín, los cantantes que no diferencian sujeto de predicado se tiraron en contra de Milei. Arrearon a la gente a prorrumpir en aplausos y gritos ante tamañas afirmaciones. Sin embargo, ninguno de ellos, con tanta “conciencia social”, repudiaron cómo descuartizaron a los pequeños Bibas, del modo más despiadado en el cuál un ser humano puede ser eliminado. Hablo de Wos, Joaquín Levington y varios más a los que no tengo el gusto de escuchar.
Sin ir más lejos, Norman Briski, en la ceremonia de los Martin Fierro, dio un sentido discurso en favor de Gaza. Algunos aplaudieron, otros callaron. Pero NADIE lo cruzó ante semejante barbaridad. Qué bueno sería que alguien le explicará a Briski que no se puede establecer una falsa equivalencia entre ambos pueblos.
Los terroristas radicalizados de Hamás secuestran, matan y vejan deliberadamente niños y civiles. Se camuflan entre gente común, construyen túneles debajo de Gaza, instalan búnkeres y armadas militares entre la población inocente. No les importa su gente. Bajo el lema de la “martirización” les da igual quiénes viven y quiénes mueren. Briski representa el pensamiento de muchos actores y actrices vernáculos que luego marchan contra Milei embanderados en colores palestinos.
Raro todo.
El silencio atroz de las feministas, de la Asociación Argentina de Actores, deja en evidencia la falta de empatía y humanidad que tienen. Se ofenden sobre manera cuando el ministro Luis Caputo le interrumpe una nota al periodista Jonathan Viale, exigen juicio político al presidente por difundir una criptomoneda en sus redes sociales, pero ni se inmutan cuando atentan contra una familia argentina de religión judía. No escuché a Esteban Lamothe o a Verónica Llinás solidarizarse con el pueblo judío.
Raro todo.
Cruzo el charco y pienso en el soporífero Ismael Serrano, quien tampoco se indignó ante lo acontecido. Y eso que está al tanto de todo y siempre listo para criticar a nuestro gobierno. Tal vez deberías pensar en “a qué sujeto” vas a ver cuándo comprás una entrada para sus shows, cuáles son sus valores.
No nos merecemos estos actores. Siempre luché por el regreso de la ficción a la tele. Ahora, sabiendo cómo piensan varios de ellos, prefiero ver cualquier otra cosa. Retiro contundentemente lo dicho. Son egocéntricos y caprichosos en su mayoría. Pero ahora descubro lo que siempre sospeché... Muchos de ellos son MALA GENTE.
Que se vayan a actuar a Venezuela.