Año electoral
Macri juega fuerte y hace equilibrio para que el PRO siga existiendo
El ex presidente tensiona con Javier Milei y busca un acuerdo que le dé visibilidad y expansión al PRO. El factor Bullrich y la zona de riesgo para evitar la ruptura oficial.
En un contexto electoral turbulento, Mauricio Macri ha demostrado ser más que un político tradicional; es un estratega que aplica conceptos de la teoría de juegos para navegar el complejo escenario político argentino. Su reciente decisión de interrumpir su estancia en Cumelén para liderar una cumbre crucial del PRO no es solo un gesto de compromiso, sino un movimiento calculado en un tablero político donde cada acción tiene consecuencias interdependientes.
El equilibrio de Nash y la estrategia de Macri
Uno de los principios fundamentales de la teoría de juegos es el equilibrio de Nash, que establece que en una interacción estratégica existe un punto donde ningún actor puede mejorar su posición cambiando unilateralmente su estrategia, siempre que los demás mantengan las suyas. Macri, al acercarse al gobierno de Javier Milei, no está simplemente reaccionando a las circunstancias; busca un punto de estabilidad donde el PRO y el gobierno actual puedan cooperar sin perder su identidad política ni su capacidad de influir en el escenario electoral.
Esta no es una traición a los principios del PRO, sino una alianza pragmática que busca maximizar beneficios mutuos y evitar el resurgimiento del kirchnerismo. En un momento donde la polarización política es alta, Macri apuesta a una estrategia que equilibra pragmatismo y principios.
Lecciones del pasado: Bullrich vs. Rodríguez Larreta
La disputa entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta en 2023 dejó en evidencia lo que sucede cuando no se alcanza un equilibrio estable. En lugar de encontrar un punto de cooperación, la contienda se convirtió en un juego de suma cero, donde la victoria de uno implicó la derrota de la coalición. Esto debilitó la imagen del PRO y redujo su cohesión interna, dificultando su capacidad de actuar de manera unificada en el Congreso.
Macri, aprendiendo de estas lecciones, busca ahora una estrategia diferente. Su liderazgo en las reuniones del PRO no es solo un acto de presencia, sino un intento de rediseñar la dinámica interna del partido y de la coalición.
La eliminación de las PASO y el equilibrio político
La discusión sobre la eliminación de las PASO para 2025 debe entenderse dentro de este marco. Para que esta decisión represente un equilibrio de Nash real, debe garantizar que ningún actor dentro de la coalición tenga incentivos a cambiar unilateralmente de estrategia. Si el PRO y la UCR acuerdan que eliminar las PASO es beneficioso, pero uno de ellos cambia de postura buscando una ventaja individual, el equilibrio se rompe y el costo político puede ser alto.
El impacto en la base electoral
La teoría de juegos también nos enseña que es crucial prever las reacciones de todos los jugadores, incluidos los votantes. Macri debe equilibrar la necesidad de transparencia y democracia interna con la conveniencia de tomar decisiones arriesgadas y pragmáticas que generen beneficios a largo plazo. Su estrategia no busca solo el beneficio inmediato del PRO, sino la construcción de un entorno donde la cooperación supere la rivalidad.
El desafío de evitar el resurgimiento del kirchnerismo
El mayor desafío para Macri y sus seguidores es impedir el resurgimiento de Cristina Kirchner, cuya figura sigue ejerciendo una influencia considerable en el peronismo y en ciertos sectores de la sociedad. A pesar de las múltiples acusaciones judiciales y su controvertida gestión, su capacidad de movilización sigue siendo un factor clave en la política argentina.
Macri como estratega político
Mauricio Macri está aplicando principios de la teoría de juegos para diseñar una estrategia que permita al PRO y a Juntos por el Cambio fortalecerse sin caer en conflictos internos innecesarios. El temor es que el PRO termine siendo absorbido por el gobierno de Milei o que algunos actores prefieran nuevas alianzas anti-Milei.
En la política, como en la teoría de juegos, el verdadero líder no es el que gana una batalla aislada, sino el que entiende cómo estructurar el juego para que su coalición siga en pie a largo plazo.