El trasfondo de una protesta
Las barras bravas no se jubilan
Los hinchas más violentos irán al Congreso para “apoyar a los jubilados”. Más que un acto de solidaridad parece otro intento por desestabilizar al gobierno.
Cómo no ser empáticos con los jubilados si todos tenemos un jubilado entre nosotros o, incluso, somos jubilados. Pero, pensar que, a las barras bravas, históricamente bancadas por sectores de la política, que les aseguran una cuota de impunidad, hoy se les despertó la sensibilidad y el interés por los jubilados es otra cosa.
Desde hace décadas, los jubilados están muy mal, fundidos por la inflación y por el robo del que son objeto desde ANSES para alimentar la “caja política” a las que todos los gobiernos le metieron mano sin importar el hambre que pasaran los verdaderos dueños de esos aportes acumulados para tener un retiro y una vejez digna y feliz. Las barras bravas se acordaron de ellos recién hoy.
Estas barras bravas, cabe destacarlo, son las mismas que impiden disfrutar del entretenimiento que significa ir a una cancha a ver a su equipo favorito, a los jubilados y a quienes no son barras bravas. Porque, si no pertenecés a estos grupos, es probable que te roben o te agredan.
Hoy, las barras bravas realizarán una manifestación, seguramente ruidosa, violenta, como las que vemos cuando hay partidos de los que solo ellos pueden disfrutar y usufructuar. Nos quieren hacer creer que esta marcha les nació del corazón y no del bolsillo y del pago de favores de sus jefes de la política que los utilizarán para apostar a la desestabilización de este gobierno que no les permite seguir “metiendo la mano en la lata”.
Que quede claro: esta marcha no será a favor de nuestros queridos jubilados. Solo será un acto más en pos de limar al gobierno y al programa económico, hasta ahora exitoso, del presidente Javier Milei.
Ya vimos cómo anuncian esta marcha y hoy los veremos en acción junto a los “de siempre”, los “tira piedra”, los que paran el país de prepo y que se enriquecían mientras todos éramos cada vez más pobres. Son los que no se bancan la motosierra que les cortó su línea de negocios y su politiquería.
Queremos que los jubilados tengan un retiro digno, una vida digna y que todos tengamos un país estable, seguro, ordenado y justo. Creemos que vamos en ese camino y por eso aparecen las patotas que quieren revertir esta vía de orden y crecimiento.
Que Dios siga protegiendo al país realmente solidario que está lejos del que representan las barras bravas.