Davos y discurso contra la cultura woke
La tiranía de las minorías: ¿Cómo las agendas identitarias dividen a la sociedad?
Antonio Fratamico analiza las consecuencias del discurso de Javier Milei en Davos y la nueva dictadura de las minorías. Ministerio de la mujer y el financiamiento del lobby LGTB.
Recientemente, parte de la sociedad argentina se escandalizó por los dichos del Presidente en su discurso en Davos, donde criticó la llamada “agenda woke”. Este artículo busca explorar el origen de esta situación y analizar cómo las agendas identitarias han influido en la división social.
La tiranía de las mayorías y su reversión
Alexis de Tocqueville, miembro de la aristocracia francesa del siglo XIX, en su libro La Democracia en América, advirtió sobre uno de los peligros de la democracia: la “tiranía de las mayorías”. Este concepto describe cómo las mayorías pueden suprimir los derechos y libertades de las minorías, justificándose en su superioridad numérica. Sin embargo, en las últimas décadas, hemos visto un fenómeno inverso: la “tiranía de las minorías”.
La gestión de las diferencias en una sociedad democrática
Uno de los pilares de una sociedad pacífica es la tolerancia. La democracia, en esencia, es la gestión de las diferencias. Todos somos diferentes, pero iguales en derechos. Sin embargo, gestionar estas diferencias no es fácil. Algunos grupos han adoptado una postura intolerante, rechazando la convivencia con quienes piensan o actúan de manera distinta.
El auge de los grupos identitarios
Desde el inicio del nuevo milenio, ha crecido la conformación de grupos identitarios que buscan imponer sus agendas. Estos grupos, que a menudo se autoperciben como víctimas del sistema, utilizan diversas estrategias para lograr sus objetivos: desde la violencia y la extorsión hasta la victimización. Mancur Olson, en sus estudios sobre economía política, los denomina “grupos de interés”, mientras que Laurent Dubreil, en La Dictadura de las Identidades, los llama “minorías intensas”.
Minorías intensas y su impacto en la política
Una minoría intensa es un grupo que, aunque pequeño, logra imponer sus reclamos gracias a la intensidad de sus acciones. Estos grupos no buscan el consenso, sino beneficios específicos para sus miembros, sin considerar el impacto en el resto de la sociedad. Ejemplos de esto incluyen movimientos como el veganismo radical, el ambientalismo extremo, y ciertos sectores del feminismo y el movimiento LGBTQ+.
Casos concretos en Argentina
En Argentina, estas dinámicas han tenido consecuencias tangibles. Por ejemplo, la creación del Ministerio de la Mujer no ha logrado reducir los femicidios. El cupo trans, aunque bienintencionado, ha generado controversias al priorizar la identidad de género sobre el mérito. Además, la Ley 26.160, que declara la emergencia en materia de posesión de tierras indígenas, ha llevado a un aumento exponencial en el número de personas que se autoperciben como descendientes de pueblos originarios, con el fin de reclamar tierras.
El giro de 180 grados: de la tiranía de las mayorías a la de las minorías
Lo que Tocqueville temía ha dado un giro inesperado. En lugar de la tiranía de las mayorías, hoy enfrentamos la tiranía de las minorías. Estas minorías, a través de su intensidad y organización, han logrado imponer agendas, regulaciones y beneficios que afectan a toda la sociedad. Esto ha generado un creciente hartazgo en la población, que ve cómo sus recursos son destinados a satisfacer demandas específicas de grupos pequeños.
La reacción conservadora y el discurso anti-woke
Este hartazgo ha dado lugar a una reacción conservadora. El discurso del Presidente contra la “agenda woke” refleja el malestar de una sociedad cansada de ver cómo ciertos grupos obtienen privilegios a costa del bien común. Sin embargo, es crucial recordar que la intolerancia de algunos grupos identitarios no justifica la intolerancia hacia ellos.
El individuo como la minoría más pequeña
En última instancia, la minoría más pequeña es el individuo. Todos somos iguales en nuestra condición de personas, y es fundamental respetar al otro por el simple hecho de ser un individuo. Las diferencias entre las personas son infinitas, pero eso no debe ser un obstáculo para la convivencia pacífica.
Conclusión
La sociedad argentina, como muchas otras en el mundo, enfrenta el desafío de gestionar las diferencias en un contexto cada vez más polarizado. La clave está en encontrar un equilibrio entre el respeto a las minorías y el bienestar de la sociedad en su conjunto. Solo así podremos evitar caer en nuevas formas de tiranía, ya sea de las mayorías o de las minorías.