La RAM y el terrorismo en la Patagonia: una amenaza con raíces internacionales
La reaparición de Jones Huala y sus amenazas al Estado Argentino, reavivan las demostraciones de violencia en el sur argentino, y su vinculación con los incendios, ocupaciones de tierras y ataques.
Hace aproximadamente 20 años, los reclamos de algunos grupos violentos que se autodenominan mapuches en la Patagonia comenzaron a escalar, generando un conflicto que los distintos gobiernos argentinos, especialmente durante el período kirchnerista, no supieron resolver. Peor aún, en lugar de abordar el problema, optaron por apoyar a estos grupos, lo que permitió la aparición de figuras como Facundo Jones Huala, un ex integrante de la tribu urbana de los floggers, quien adoptó un personaje de rebeldía contra el Estado argentino. Jones Huala ha llegado a declarar públicamente que "no reconoce la soberanía argentina, ni su bandera, ni su himno", entre otras afirmaciones que desafían abiertamente la autoridad nacional.
Su vinculación con la Coordinadora Arauco Malleco (C.A.M.), liderada por Héctor Llaitul, lo llevó a encabezar la Resistencia Ancestral Mapuche (R.A.M.), un grupo considerado terrorista por el gobierno de Chile en la región de la Araucanía. Esta alianza entre un grupo extremadamente violento del lado chileno y Jones Huala en Argentina ha exacerbado la situación en la Patagonia, donde las acciones violentas se han multiplicado.
Jones Huala fue detenido, juzgado y condenado en Chile tras estar prófugo y ser extraditado desde Argentina, donde tenía una orden de captura internacional emitida por Interpol. Durante su detención en 2018, el líder terrorista chileno Llaitul lo reivindicó como un "preso político". Tras ser liberado por el gobierno chileno, Jones Huala regresó a Argentina, donde continuó sus actividades.
Recientemente, los incendios en El Bolsón y sus alrededores han sido vinculados a Jones Huala y sus seguidores, tanto por el gobierno provincial como por el nacional. Estos hechos llevaron al gobierno argentino a catalogar a la RAM como grupo terrorista y a denunciarla ante la justicia. Esta decisión, respaldada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ha generado controversia, pero cuenta con un sólido sustento legal internacional.
La Resolución 1566 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, adoptada en 2004, define como actos terroristas aquellos cometidos con la intención de causar muerte, lesiones graves o tomar rehenes para provocar terror en la población, intimidar a un gobierno u obligarlo a actuar o abstenerse de hacerlo. Bajo esta definición, no cabe duda de que la RAM, liderada por Jones Huala, encaja en la categoría de grupo terrorista. Sus acciones buscan establecer un estado de terror en el sur argentino, atacando a civiles, dañando propiedades y presionando al gobierno para que ceda tierras y renuncie a ejercer su soberanía.
Además, la RAM comparte características con otros grupos separatistas, como la ETA (Euskadi Ta Askatasuna), la organización terrorista vasca que buscaba independizarse de España mediante la violencia. Ideólogos e instructores de la ETA han estado presentes en la Patagonia, capacitando a miembros de la RAM en técnicas de combate urbano y acciones terroristas, con el objetivo final de separarse del Estado argentino.
En conclusión, la decisión del gobierno argentino de catalogar a la RAM como grupo terrorista y denunciarla ante la justicia no solo es acertada, sino que también está respaldada por el derecho internacional. La ministra Bullrich ha tomado una medida coherente y necesaria para proteger la soberanía nacional y la seguridad de los ciudadanos. La violencia y el terrorismo no pueden justificarse bajo ningún pretexto, y el Estado debe actuar con firmeza para garantizar la paz y el orden en todo el territorio argentino.