Arde Buenos Aires
Kicillof: entre la amnesia, el circo de C5N y el posible final de su proyecto político

Periodista.
Muertes que dejan un gobierno en zona de riesgo. Invisibilidad a las familias de los caídos en robos y la compleja tarea de ir a elecciones sin gestión para mostrar.
La última semana de febrero nos encontró a los bonaerenses con dos brutales asesinatos en ocasión de robo. Su nombre era Kim Gómez, una pequeña de apenas 7 años. Fue muerta luego de que su madre, en La Plata, sufriese el robo de su vehículo en manos de dos adolescentes; y la menor, que se encontraba en el vehículo, quedó enredada en el cinturón de seguridad y sufrió múltiples fracturas y contusiones después de ser arrastrada durante quince cuadras, mientras los delincuentes huían con el rodado.
Mientras que los vecinos en La Plata protestaban frente a la municipalidad y la gobernación por el asesinato de Kim, en el otro extremo del conurbano, más precisamente en Munro, Silvia Lepez, de 55 años, recibía un balazo en la cabeza cuando su pareja intentó evitar un robo a metros de un destacamento policial local. A pesar de estar a escasas cuadras de la clínica Independencia, Silvia falleció.
Estos son los nombres que Axel Kicillof evita mencionar. Son nombres que están enmascarados por números, estadísticas. Las mismas estadísticas que su ministro de Seguridad, Javier Alonso, utiliza para echar culpas al gobierno nacional. Afirma que Kicillof es el gobernador con menos homicidios dolosos, que han sido entre 800 y 900 por año. "Somos el conglomerado urbano de América con las mejores tasas criminales", afirmó en una entrevista en Radio Con Vos. Sin embargo, evita nombras a las víctimas. “Una nena”, “una persona”. Pongámosle nombres a los brutales asesinatos.
Ministro Alonso, nombre a Lucas Aguilar, el delivery de 20 años al que apuñalaron en Moreno. ¿Lo recuerda? Nómbrelo. Ese motoquero que fue condecorado post mortem con el reconocimiento “Al Valor del Ciudadano”. También mencione a Pablo Bartoli, asesinado en Cuartel V, de un disparo en la espalda por parte de dos motochorros. Kicillof, nombre también a Brian Coria, efectivo de la policía de la Ciudad, que murió a causa de un disparo en el coxis para sacarle la moto Kawasaki Z400 en Castelar. Dígale a su ministro que mencione a Omar Teccse, de 38 años, chofer de la aplicación Uber, que recibió un balazo en la cabeza dentro de su Peugeot Partner en La Matanza. Un caso muy similar al de Ricardo Moreno, pero que él recibió el plomo en el pecho dentro de su Honda Civic. O al de Carlos Mattias, de 28 años, quien manejaba para Didi en su Chevrolet Meriva, a diferencia del de Héctor Almirón, en su Renault Logan negro, a causa de un calibre .32. Todos estos ocurrieron con pocas cuadras de diferencia, en La Matanza, por si no lo saben, ministro y gobernador.
No era chofer, pero también recibió un disparo por la espalda. Su nombre era Leonor Isabel Morales, de 67 años. También buscaban robarle su auto, un Gol Trend gris. El plomo atravesó sus pulmones y corazón. No olvide su nombre, ministro Alonso.
Su nombre era Hilda Tello, gobernador Kicillof. Tenía 45 años. No era chofer de Uber, ni de Didi. Ella viajaba en colectivo. El chofer de la línea 174, en San Justo, intentó evitar que unos malvivientes asaltaran a un vecino que estaba lavando su auto en la vereda. Los malvivientes, desalmados, dispararon con bronca por no poder concretar el robo e hirieron de muerte a Hilda.
Kicillof, recuerde por siempre el nombre de Juan Marcelo Sanabria, de 25 años. Gritaba “ayuda, ayuda” un sábado muy temprano, por las calles de Moreno, arriba de su moto, cuando escapaba de motochorros que querían sacarle el vehículo. Lo desestabilizaron y chocó de frente contra un poste de luz. Murió en el acto. No lo olvide tampoco, ministro Alonso.
Tampoco olviden ambos a Camila Rocha, una joven de 24 años que caminaba por Budge, en Lomas de Zamora, cuando dos delincuentes la mataron para robarle una riñonera luego de que su novio, Brian, tratara de defenderla. La bala impactó en el pecho de ella.
Recuerden el nombre de Teresa Martínez, una anciana de 92 años, que fue atada y asesinada en su cama, en Temperley, luego de robarle 200.000 pesos. Seguro ni usted, Kicillof, recuerda el nombre de Teresa. Quizá ni se enteró.
Como seguro tampoco sabía, porque no llegó a los medios principales de Argentina, del crimen de Lautaro Alexander Carlevaris, en San Pedro. Un joven de 19 años que murió de un balazo mientras iba en su moto. Mucho menos sabía, quizá, del homicidio de Esteban Jesús Maciel, de 29 años, en La Matanza, a causa de otro balazo. No tuvo tanta repercusión en los medios como el caso de Kim. Era un número más, una estadística. Probablemente, la mayor tapa de diarios y titulares de canales de TV muestren el caso de Kim Gómez, por lo brutal de ese asesinato, pero el mismo día falleció Lucas Ezequiel Díaz, en Grand Bourg, un joven de 21 años que esperaba el colectivo con su pareja e hijo. Un balazo atravesó su torso. Murió en el quirófano. Esos son los nombres que usted no recuerda. Mucho menos, su ministro.
Pero hubo casos más resonantes, como el de Paloma Gallardo y Josué Salvatierra, en Florencio Varela. ¿Los recuerda al menos al haber cambiado de canal, quizá a C5N, en donde sólo mencionan Kicillof cuando hace alguna inauguración barata? Porque de los asesinatos y robos en provincia de Buenos Aires, su nombre parece alejado de los medios.
¡Cómo olvidar los asesinatos en Mar del Plata, mientras usted paseaba por la Costa! El más resonante, quizá por haber registro fílmico, es el del quiosquero Cristian Velázquez. Cansado de los robos que sufría, trató de defenderse en el último y recibió un certero impacto de bala.
Estos son sólo algunos de los nombres que llegan a los medios. Muchos, muchos más seguramente pasan por debajo del radar que usted instaló, junto a su ministro, para que su nombre no quede mancillado.
Estos nombres que están aquí detallados no están en sus discursos, gobernador. No están en los informes de su ministro. Pero los bonaerenses los conocemos. Los recordamos. Y sabemos quién es el único responsable de esta ola de muertes: Axel Kicillof.