Pese al llamado nacional, la medida tuvo escasa adhesión
Fracaso total: la CGT no logró el objetivo y el paro fue reducido
La huelga general del 10 de abril no paralizó al país: escuelas abiertas, colectivos en servicio y poco impacto real.
El paro general convocado por la CGT el jueves 10 de abril de 2025 generó opiniones divididas respecto a su impacto. Mientras los organizadores lo calificaron como un “éxito rotundo”, diversos medios y analistas señalaron que la medida tuvo un efecto limitado en muchas regiones del país.
Impacto dispar en el interior
El paro tuvo un efecto desigual en el interior del país, donde muchas actividades se desarrollaron casi con normalidad. En provincias como Mendoza, las escuelas funcionaron sin interrupciones y, salvo en sectores puntuales como bancos y transporte aéreo, el impacto fue reducido. En Corrientes, incluso algunas sucursales bancarias abrieron sus puertas, pese a la adhesión nacional de la Asociación Bancaria.
Transporte urbano y continuidad laboral
Uno de los factores clave que condicionó el alcance del paro fue el funcionamiento normal de los colectivos urbanos. La conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo impidió que la Unión Tranviarios Automotor (UTA) se sumara a la medida de fuerza. Esto permitió que muchas personas acudieran a sus puestos de trabajo, lo que disminuyó el impacto del paro en comparación con jornadas similares del pasado. En este contexto, algunos colectivos en Bahía Blanca y La Plata fueron atacados con pedradas por no plegarse a la huelga.
Para la CGT el éxito fue rotundo
Según los gremios, en la industria la medida tuvo una adhesión superior al 85%. Héctor Daer, co-secretario general de la CGT, aseguró:
“El éxito de la medida de fuerza fue rotundo, tanto la movilización de ayer como el paro en todos los sectores industriales, en el transporte, en los servicios, en todos los sectores que mueven fundamentalmente el proceso económico de nuestro país”.
La visión del Gobierno: “una medida de la casta sindical”
Desde el inicio de la jornada, el Gobierno de Javier Milei buscó desacreditar la protesta, a la que calificó como un “paro de la casta sindical”. Aunque reconocieron la adhesión de gremios importantes, desde Casa Rosada remarcaron el acatamiento dispar y minimizaron el efecto real de la medida.
“La gente está cansada de los gremios”, afirmaron voceros oficiales, y subrayaron que la jornada se desarrolló de manera “bastante normal”.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, fue más allá al declarar:
“Este es el paro de la casta sindical kirchnerista de los Moyano, que por tercera vez dejan sin trabajar a millones de argentinos. Dejan al trabajador sin tren ni subte mientras ellos se mueven en autos importados”.
A su vez, el Gobierno habilitó la línea 134 para denunciar supuestos “aprietes” a trabajadores y difundió mensajes en pantallas de las terminales ferroviarias bajo el título “Ataque a la República”, responsabilizando a la “casta sindical”. El Ministerio de Seguridad informó que se recibieron 832 llamados, de los cuales 92 derivaron en denuncias relacionadas con el paro.