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El PRO ya tiene la encuesta que confirma su primera derrota en 18 años

Periodista y Director de Newstad
Rodriguez Larreta, el mayor peligro para el PRO. Dispersión del centro y la unidad del progresismo jaquean la elección.
El verdugo tiene nombre y es Horacio Rodríguez Larreta. La víctima también tiene y es Silvia Lospenatto, la hija del “mejor chapista de Villa Pueyrredón”, según se presentó en sociedad porteña el viernes pasado en el Planetario junto a Mauricio Macri, Jorge Macri, Waldo Wolff y Hernán Lombardi. Maria Eugenia Vidal tiene la obligación de entusiasmar un equipo que sabe, no es lo que era. El PRO, que ya no es JxC, verá cristalizar el costo de la división como nunca.
Sin su mentor político, Horacio Rodriguez Larreta, ni Patricia Bullrich empujando la campaña amarilla, la jefa de campaña y ex gobanernadora bonaerense se esmera con éxito en contagiar, pero sabe la verdad: dependiendo del día, Manuel Adorni mide 26/28 puntos el viernes pasado, Leandro Santoro 25 puntos y el PRO segundo o tercero con otro tanto.
Es el último trackeo que se hizo en el búnker de campaña y que Newstad anticipa en exclusivo: el propio PRO le confirmó al equipo que no van a salir primeros y que a lo sumo podrán quedar segundos o terceros empatando. No les preocupa Martín Lousteau, tampoco Leandro Santoro aunando buena parte del progresismo, les preocupa el domingo a la noche: “¿si no sacamos veinte puntos, cómo gobernamos el lunes?”. Interesante desafío para la fuerza política más exitosa del distrito.
Una mujer de las que suele no equivocarse le detalla la situación a Newstad apenas terminada la encuesta: “Maria Eugenia sabe que es obviamente nuestra peor campaña pero esencialmente porque Santoro va en una lista a decir lo mismo y nosotros vamos en cinco listas, es matemática al final de todo”, resume con la mirada perdida apurando un café en el sur de la ciudad. “No somos lo nuevo, pero somos lo seguro y vamos a mejorar”, entiende con esperanza.
Hay un tercer escenario, ese que nadie quiere ver: el PRO puede quedar cuarto si la campaña de Manuel Adorni se concentra en el PRO y levanta el recuerdo de Horacio Rodriguez Larreta como parte de la estrategia. Si eso pasa, se especula con el vocero presidencial en 27, Leandro Santoro en 22 puntos, Horacio Rodriguez Larreta tercero y el PRO cuarto.
Horacio Rodriguez Larreta va a hacer la mejor elección de su vida, pero todavía no lo sabe. El ex jefe de Gobierno cultiva un panorama difícil de lograr, que rara vez se da: en su FODA, su absoluta exponencial fortaleza, es la mayor debilidad de la marca que representa Silvia Lospenatto, es decir, el PRO. Los estudios privados, esos que se suponen que sirven para vaticinar o al menos evitar papelones, dicen que los porteños empiezan a extrañar la gestión de Rodríguez Larreta.
Si las cosas siguen así, la mejor elección será porque puede perforar los diez puntos sin marca, sin estructura profesional, sin colores que lo asocien, sin una lista pujante y padeciendo el bullying de los medios de comunicación que durante los años de oro del macrismo lo presentaban prácticamente como el presidente del país. Ahora son los mismos empresarios de medios los que no le dan cobertura a su campaña, y los mismos periodistas que abandonaron la vida de inquilinos y conocieron el exterior gracias al PRO, los que le bajan el precio a la candidatura de Rodríguez Larreta.
Las amenazas son variopintas: terminada la carrera política de Elisa Carrió, los que enarbolan sus ideas con Paula Oliveto a la cabeza no les preocupan a los amarillos. Creen que no llegarán a los cinco puntos. A diferencia de Ramiro Marra, quien iba a ir a una PASO con un competidor liberal y no se dio, creen en el PRO que puede arañar los nueve puntos. Lo mismo esperan de Evolucion, ya que sin Martin Lousteau a la cabeza dan por muerta la marca. Yamil Santoro lo tienen entre 2 y 3 puntos, lo que en Uspallata hizo generar más de un recuerdo a la familia del abogado y ahora encaminado a ser Doctor.
El desafío para el PRO no es la derrota, eso es lógico y sano dentro de un distrito: la crisis de liderazgo es la que puede terminar con el partido. Hoy con Patricia Bullrich explicando por qué no hay que votar al PRO y Mauricio Macri sin ganas de ponerse la campaña al hombro, todo depende de cómo Jorge Macri encare la campaña. Empezó a utilizar el concepto de “Tolerancia Cero”, algo que cae bien en una sociedad que exige mano dura con la delincuencia y lo vio con Waldo Wolff en su gestión. Hay quienes dicen que Macri quiere Wolff vuelva. Lo cierto es que Wolff representa hoy un intríngulis: los liberales le preguntan cómo anda con cierta curiosidad, los amarillos quieren que vuelva y el ex ministro prefiere no hablar de política.