SATIRI NEWS
El desafío progre 2025: el inclusivo y el uso de la ojota
Alicia Barrios y un análisis sesudo del peligro de la utilización de la palabra ojota en un mundo inclusivo, incluso, para quienes lo utilizan. El factor ojota como catalizador de un estallido social con exceso de adjetivos. Satirinews es servicio, volvió la risa.
De chica me gustaba jugar a la bolita, le pedí una pelota de fútbol a los Reyes y una camiseta de Vélez. Me divertía pateando en la vereda, gritando goles, me atraían los juegos de varones. A mis papas nunca se les ocurrió, ni cruzo por la cabeza, él pensamiento que podía querer ser hombre. Tampoco estamos hablando de personas que no pensaban, mi madre era licenciada en Ciencias de la Educación y papá periodista deportivo.
De esos ratos de felicidad imborrables de la infancia, recuerdo la efervescencia de la adrenalina que me producía acompañar a mi viejo cuando relataba box; el uno - dos. La transpiración de los boxeadores, salpicándonos, me inundaba de emoción. El ring Side se convertía en un parque de diversiones. Entrar al Luna Park, era como ir a Disney, quería ser periodista y cubrir box. Desde pequeña, cuando iba al jardín, ya tenía esa idea. No era una hija sencilla, tenía estas ocurrencias en un tiempo que ser maestras era el estilo de la época. Formar un hogar, casarse. Ser la esposa de. El estatus de la familia numerosa.
De ese proyecto de vida, apretaba el acelerador y salía corriendo. Pensando en la tan mentada ideología de género, sentí compasión por las criaturas, que aun antes de los cinco años, estos gestos son interpretados, como el cambio de sexo. Los padres acompañan, estimulan estos juegos, que no son más que eso, pensando que sus chicos nacieron con el sexo equivocado. Siendo periodista me toco, con el apostolado de la escucha, oír los testimonios de adolescentes, enojados, resentidos con sus padres, porque habían tomado en serio la moda del cambio de género. Algo que ellos, siendo pequeños, habían copiado, se habían mimetizado con legados, que de adultos dejaron de reconocer como propios.
El daño, suele ser irreparable. Él lenguaje inclusivo el uso de la “e” para hablar de chiques u otres. Por citar solo unos ejemplos. Eso sí se les complica con la palabra “ ojota” porque “ojete” , no suena ni ahi. Tampoco es cuestión de confundir el culo con los pies. La Presidente de la Academia Argentina de Letras, sostiene que “el lenguaje inclusivo es una distorsión de nuestra lengua con un objetivo socio político”.
Ella escribió: “ la lengua, como el león, puede domarse y amaestrarse, y salta por el aro de fuego, si, pero se niega a que no se la tome en serio”. Durante una de mis entrevistas de radio, estaba reporteando a una funcionaria que de pronto, empezó a responder en lenguaje inclusivo. Pare la conversación y le pregunté porque utilizaba esas palabras. Me respondió: “ para ahorrar tiempo”. No me tembló la voz, al tiempo que le hice un ademán de corte al operador, y le anticipé: con su respuesta damos por finalizado este reportaje. Liso y llano. La razón es simple: todos tenemos la libertad de hablar, pero al mismo tiempo, la obligación de hacernos entender.