LA LUCHA DEL CAMPO
El agro argentino: atrapado entre retenciones y un dólar administrado
Derechos de exportación, tipo de cambio desfasado y márgenes ajustados marcan el arranque de 2025 para los productores agropecuarios en Argentina.
Derechos de exportación, tipo de cambio desfasado y márgenes ajustados marcan el arranque de 2025 para los productores agropecuarios en Argentina.
El año comienza con desafíos apremiantes para el agro argentino. Aunque "las aberraciones del populismo" han desaparecido en gran medida, aún persisten trabas como las retenciones en soja, trigo, maíz y productos ganaderos, que erosionan los resultados de las empresas del sector. Sumado a esto, el tipo de cambio oficial de 2023 fue, en promedio, un 50% más bajo que el operado en el mercado libre, según la Bolsa de Comercio de Rosario.
Estas distorsiones han hecho que los productores argentinos de soja perciban apenas el 35% de los precios FOB internacionales. Mientras tanto, Brasil, que "tapizó su interior de pujantes ferrovías y renovó sus puertos", logró aumentar su producción de soja de 70 a más de 170 millones de toneladas en los últimos 14 años. En Argentina, en contraste, la producción permanece estancada entre 48 y 50 millones de toneladas.
La situación para otros productos agrícolas tampoco es alentadora. La carne vacuna y la producción de leche muestran cifras estancadas desde hace años, reflejando la falta de incentivos y visión estratégica en el país. Todo esto ocurre mientras Rusia y Ucrania consolidan su liderazgo en trigo, utilizando tecnología y recursos que han potenciado su capacidad exportadora a pesar de la guerra.
El campo argentino se encuentra en un punto crítico. Sin una política clara que elimine las retenciones y permita acceder plenamente a los ingresos generados, será difícil revertir años de pérdida de competitividad. Por ahora, la foto de fin de año es complicada, con precios bajos y márgenes estrechos que limitan la inversión y la productividad.