Frivolidad que confunde a los jóvenes
Dillom, Cazzu y Blender: la degradación cultural en su máxima expresión

Periodista.
Redes, artistas y apología de lo banal: cómo la cultura actual daña a una generación sin rumbo.
Acabo de ver una nota en el programa LAM en la cual una cantante llamada Cazzu hablaba de la quita de "derechos" hacia las mujeres desde que asumió el Presidente Javier Milei.
Me gustaría preguntarle: ¿Cuáles son esos derechos que las mujeres han perdido?
En la entrevista subraya también de que el Ministerio de la Mujer dejó de existir mediante un decreto presidencial en diciembre de 2023.
Me encantaría cuestionarle entonces: ¿Podrías decirme Cazzu (solamente) diez logros o medidas favorables que haya alcanzado este organismo en sus casi cuatro años de vida?
En un rato retomo las declaraciones que, con mucha subjetividad y sesgo, plantea la entrevistada en cuestión.
Pero antes, ¿de qué hablamos cuando hablamos de batalla cultural? De no engañar más a la gente con politiquería barata.
Básicamente, es poner las cosas en orden. De no cuestionar verdades irrefutables. De volver a enaltecer los valores básicos. De no mancillar de dónde venimos, qué somos, qué nos identifica como sociedad. Pero sobre todo, no subestimar más la condición de "artista". Resulta que ahora todos parecieran serlo.
¡Minga!
Hoy por primera vez (muy a regañadientes) me puse a escuchar un tema de esta cantante jujeña llamada Cazzu. Un rato me bastó para sentir dolor estomacal y un poco de repulsión. Vi un clip de ella casi desnuda franeleándose con un Lucifer malogrado y susurrándole al oído: "vas a salir a buscarme, te juro no vas a encontrarme. Y si la pasaste bien, te juro papi, yo también". Poesía pura. Una nena de jardín de infantes escribe algo mejor. Esa manía de estar sexualizando todo.
No sé que me dio más miedo, esa letra en sí o saber que millones de personas habían visto ese video en diversas plataformas. Definitivamente, hay que dar batalla cultural.
Me acabo de dar otro gustito. Ahora veo un clip en el que (esta tal Cazzu) está ataviada de guerrera con un montón de mujeres mas bailando una suerte de "coreo" subida de tono. Mientras se toquetean y se mueven con lascivia la canción reza: "siempre termino ganando, ellos las siguen mamando, yo siempre estoy al mando". Una lanza de profundidad directo al corazón. Estoy conmovido ante tamaño hecho artístico. Eso sí, debo reconocer que la rima está intacta. Género lírico puro. ¡Y del bueno!
Ahora, hablando en serio, si bien coincido en que las grandes canciones nacen desde lugares chiquititos, casi nimios, considero que esto es procaz, soez, y burdo. Definitivamente, hay que dar batalla cultural.
Resulta ser que esta chica norteña se autoproclama "feminista". Mira vos. Otro término completamente subestimado. Que poco entienden sobre la verdadera lucha que tantas mujeres emprendieron en su momento.
Abandonas la tintura, le decís adiós al maquillaje, te vestís como una mugrienta, y te dejas crecer los pelos del cuerpo. Ya está. Sos una talibán de la causa. Si hace calor andas en tetas por la calle, siempre con el pañuelito verde a cuestas. Ser "progre" ahora es, en muchos casos, presentarte así ante los demás. Sin soslayar el rechazo explícito hacia todo lo masculino, lo fálico, lo proveniente del hombre. Detestan la violencia ejercida por el hombre históricamente (causa que suscribo y apoyo), pero el mensaje que intentan imponer es igual de virulento y agresivo. Un nivel de incoherencia pocas veces visto.
Volvamos al ministerio de la Mujer. Aclaro, todo lo que viene a continuación no es opinión. Es información.
Desde el 2019 hasta el 2023 pagaste sin desearlo más de 300 millones de dólares por año en presupuesto destinado a políticas de "género y diversidad":
- Curso de activismo lésbico.
- Iniciación al reclamo "gordes" y "obeses".
- Mujeres y variables indígenas en relación a sus "cuerpes".
- Filosofía y liderazgo "trans".
Y otros tantos menesteres relacionados con la perspectiva de género. Todo muy útil. En total trabajaban más de mil empleados. Con la tuya y con la mía. Mil.
También se despilfarraron más de 18 millones de dólares en inmuebles, mobiliarios para oficinas de funcionarios, cuadros y objetos relacionados con la promoción de dicho ministerio. Del mismo modo en que se le solicitó la suma de 50 millones de dólares al BCIE (Banco Centroamericano de Integración Económica) para mitigar las estadísticas en violencia de género. El presupuesto dirigido a este organismo superó al de Seguridad y Defensa.
Lamento informar que tamaño gasto fue infructuoso. Los delitos contra las mujeres aumentaron considerablemente en 2023: casi 350 casos reportados por la Defensoría del Pueblo de la Nación. Lo que constituyó un incremento de casi el 35% respecto de las gestiones anteriores. Todo una verdadera basura.
Ayelen Mazzina, ministra en aquel entonces del edificio gubernamental quedó expuesta ante las polémicas declaraciones de la ex primera dama Fabiola Yáñez, quién declaró públicamente haberla contactado ante diversas situaciones de violencia de género por parte del ex presidente Alberto Fernández . La titular del ministerio habría hecho caso omiso a la situación.
Con la disolución de dicho ministerio, el estado nacional adoptó una política más ecuánime y objetiva: el que las hace las paga (sin distinción alguna). Las líneas 144/149 continuaron bajo el nombre líneas de Atención a personas en situación de riesgo y violencia.
Y aquí vienen las buenas nuevas: en 2024 la Defensora del Pueblo de la Nación publicó una merma de más del 25% en casos de femicidios. Y tendencia indica que seguirán menguando durante el 2025.
Si alguien puede mandarle el link de esta nota a Cazzu sería ideal. Difícilmente la veo pidiendo disculpas. Creen que se las saben todas. Pobrecitas.
El sábado a la noche en el Quilmes Rock otro exponente de la degradación cultural llamado Dillom con el objetivo de hacerse viral comenzó a arremeter contra el Presidente Milei. Inmediatamente fue cancelado en redes. Desde el mismo festival, los organizadores manifestaron su repudio abierto a lo sucedido arriba del escenario. Nadie entendió que quiso hacer. Y yo sigo sin comprender que hace un tipo así arriba de un escenario vitoreado por tanta gente. Definitivamente, hay que dar batalla cultural.
Estos últimos días me llegó un vídeo de una pibita cantando en el alicaído streaming BLENDER. Afortunadamente muy poca gente lo consume. Pero el video se hizo viral. Esta niña en cuestión hacía apología del consumo de drogas y alcohol. Es una comediante (ponele) llamada Laanacletachicle (miedo) quién sin lograr afinar del todo cantaba algo así como: "estar sobrio es una verga" y no se cuántas estupideces más. Nada gracioso. Nada original. Nada innovador. Un compendio de lugares comunes. Lo grave no es esto. El éter instagramero está plagado de gente carente de talento que pulula en redes, a tal punto que el mismo ritmo trepidante de estas aplicaciones hace que uno se choque constantemente con esta manga de indeseables.
La cuestión tiene que ver con la empatía. Pienso en los pibes muertos por el flagelo de la merca. En sus padres destrozados, en los suicidios, en las recaídas. Evidentemente la minita que cantaba y los nefastos que la aplaudían no cuentan con la flexibilidad de ponerse en el lugar del otro. Ellos piensan que es sarcasmo, que es ironía, que es humor.
Pobre Tato Bores. Pobre Enrique Pinti. Pobre Antonio Gasalla. Pobre Juana Molina. Les pido perdón a todos ellos. La culpa es de las redes. La culpa es de quienes consumen las redes. La culpa es de todos.
Definitivamente, hay que dar batalla cultural.