Echaron a Carmen Barbieri de Canal 13
Menos policía del pensamiento y más Libertad: el despertar del León
La policía de lo que teníamos o debíamos decir. Durante casi 20 años trabajando en medios jamás me había sentido tan presionado como este último tiempo: cuidar cada detalle, cada vocablo, cada modo. De no ser así terminabas crucificado en la "cruz de la moralidad" impuesta por la ideología predominante y apedreado por todos aquellos con los que no coincidías.
No levantar la voz, nada de aspavientos, hay cosas que no pueden discutirse ya. De no entrar en ese esquema estipulado por grupos revolucionarios minoritarios que con ayuda del aparato del Estado lograron imponerse, quedabas vilipendiado y expulsado.
Entiendo que hay una cuestión física que indica que devolver con la misma beligerancia genera inevitablemente que el movimiento oscilante jamás de termine. Pasamos por la misma violencia, pero en distintas polaridades. Si contesto y me revelo con furia, seguramente eso me vuelva. Y con creces. Efecto boomerang.
Me pregunto entonces en términos semánticos y de intensidad: ¿ Cuál es el tono para decir BASTA- HASTA ACÁ LLEGUÉ? Si lo haces sutilmente, el mensaje parece no llegar( al final de cuentas el mundo jamás fue manejado por pusilánimes). Pero si te pones sanguíneo y altisonante, el mensaje se tiñe de violencia. Sobre todo si aquel que lo recepta está en las antípodas.
De ahí se desprende otra cuestion interesante: si la persona que tengo enfrente alza el tono de voz pero que lo que dice me parece lógico, estoy ante alguien temerario que defiende con valentía lo que piensa. Ahora sí está persona no coincide en NADA con mis ideologías, estoy ante un violento psiquiátrico peligroso.
La típica antinomia que nos define.
Ahora el León despertó. Años enteros le inyectaron somníferos. No lo dejaron ser. Quedó sujeto a la Ley de la Selva que plantearon otros, sin mínimamente haberle consultado con el fin de generar un consenso. Y este León está furioso. Tiene ganas de devolver todo lo oprimido. Salir de ese yugo.
¿Acaso es correcto que el León ruja queriéndose comer a todos? No lo sé. Pero es su instinto. Es el mecanismo que tiene para defender lo que le quitaron. Defender la libertad.
Ahí está el punto: no queremos libertinaje, SI libertad. No es tema de debate que cada uno pueda vivir su vida como le plazca. Llegamos a un nivel de evolución como humanidad que hay cuestiones que no se ponen en tela de juicio. Que cada cual actúe y diga lo que piense. Pero sin imposiciones. Sin privilegios.
Que Carmen Barbieri en su propio programa avale el proyecto de un gobierno determinado no debería convertirla en el blanco perfecto a destruir. Mucho menos dejarla sin trabajo. NADIE saltó por ella. NADIE.
Ahora...cuando aquellos que vivieron y gozaron de ciertas prerrogativas Estatales durante años y llega un aparato lícito a decirles: MUCHACHXS ACÁ SOMOS TODXS IGUALES. O PARA TODXS O PARA NADIE, saltan como leche hervida. Toman plazas, toman calles, se adueñan de espacios públicos, se envalentonan y agreden a aquel que piensa diferente. Siempre buscando enemigos: opresores y oprimidos. Dialéctica WOKE. Dictadura del pensamiento.
Por suerte el León despertó luego del prolongado letargo al que lo expusieron. Parado ante el acantilado más alto de la selva nos contempla mientras cae el sol. No le pidan que vaya contra su instinto. La ley de la selva es más poderosa que cualquier Ley pendular que haya ideado Newton. Y el León lo sabe.