Outside the box
De Bridget Jones al Anti-San Valentín: cómo la soledad se está reinventando
Las reservas de solos y solas suben en todo el mundo. La distopia de Hugh Grant para volver a ser felices y el peligro de creer en "las vidas de Instagram".
Parece que la última moda es moverse solo. En Estados Unidos, los adultos están cambiando las salidas con amigos por opciones en solitario. Según la web de reservas Open Table, las comidas a solas en restaurantes aumentaron un 29% en los últimos dos años. Y lo de ir al cine con amigos a comentar la película después… bueno, quedó para la nostalgia. Ahora la experiencia colectiva ha sido reemplazada por un menú infinito de opciones en streaming, servido con la comodidad del sofá.
Es cierto que la pandemia potenció el hábito del tiempo a solas, pero la tendencia ya venía en marcha. De hecho, la última edición de The Atlantic lo deja claro en su portada: "El siglo antisocial". Según el artículo de Derek Thompson, los estadounidenses pasan más tiempo solos que nunca, lo que está reconfigurando la personalidad, la política y hasta nuestra relación con la realidad. “La soledad autoimpuesta podría ser el hecho social más importante del siglo XXI”, sentencia.
Y no es solo una sensación: cada vez más expertos advierten que la soledad es un problema de salud pública en el mundo desarrollado. Reino Unido ya tiene un "Ministro de la Soledad". Japón, también. En este contexto, ¿estamos a las puertas de un siglo de soledad o simplemente de una era con más independencia y menos convenciones sociales obligadas?
Hugh Grant, Bridget Jones e Internet: un cóctel interesante
Si alguien puede opinar sobre los cambios en la forma de socializar, es Hugh Grant, el maestro de la comedia romántica británica. En una entrevista con Renée Zellweger para Vogue, el actor se pone nostálgico:
"Extraño cuando todos nos reuníamos para ver las mismas películas. Antes había diez estrenos en seis meses. Todos iban a ver Star Wars y todos hablábamos de eso. Ahora todo es a medida. Si pudiera, desconectaría Internet, y el mundo sería infinitamente más feliz y estaría mejor adaptado en seis meses".
Pero Zellweger no se lo deja pasar y le recuerda que Internet también dio voz a los oprimidos. Grant cede… pero solo un poco: "Lo sé. Pero también permitió el Brexit, la cultura de la cancelación, el trolling, y ha reemplazado las noticias confiables por...". Zellweger lo interrumpe: "Opinión, conjeturas". Y Grant remata: "Algoritmos locos. Mentiras. Mejor paro, no debería haber tomado whisky". Genial.
Lo cierto es que este giro cultural hacia un mundo más solitario no es solo desencanto. También es independencia, originalidad, una forma de rebelión silenciosa. No en vano, Bridget Jones—personaje que vuelve a la pantalla grande—conectó tan bien con el público.
Hugh Grant lo dice claro: "Bridget es el antídoto contra Instagram. Instagram le dice a la gente, especialmente a las mujeres, 'Tu vida no es lo suficientemente buena'. Bridget, en cambio, celebra el fracaso y lo vuelve divertido".
Zellweger lo complementa: "Bridget celebra la originalidad, algo especial en una época en la que todos buscan conformarse para ganar aprobación".
Bridget Jones nació como un producto dirigido a mujeres solteras o en búsqueda del amor. Pero triunfó porque ofreció una versión más realista de la mujer moderna: imperfecta, torpe, pero llena de encanto. Un alivio frente a la constante presión por la perfección.
Rebeldes sin San Valentín
Y hablando de convenciones sociales, el 14 fue San Valentín, ese día en que Estados Unidos se llena de globos, ositos de peluche y rosas rojas. Pero no todos se rinden ante el romance prefabricado. Según The New York Times, varios restaurantes están apostando por una postura anti-San Valentín.
"La gente está harta de la hegemonía de Hallmark", dice un dueño de restaurante en Nashville. "Quieren celebrar sin los adornos clásicos. Si no es revolucionario, al menos es un poco contracultural".
La cultura está cambiando. Lo vemos hasta en la política. Jesse McKinley, también en The New York Times, habla de cómo el republicanismo juvenil en EE.UU. está intentando volverse "cool". Un organizador de eventos MAGA en Manhattan lo resumió así: "El presidente está haciendo que ser republicano sea sexy otra vez".
Más allá de cualquier escepticismo, hay un aire de cambio en el ambiente. Sí, el concepto de un "siglo antisocial" puede sonar algo apocalíptico, pero hay algo liberador en que la gente pueda elegir estar sola sin ser mirada con lástima.
Aplaudo la caída de los estereotipos, de las celebraciones rosas obligadas, de la mujer perfecta de Instagram, de los moldes ideológicos que no nos representan. Menos aislamiento que nos vuelva indiferentes y más vínculos que realmente nos importen. Más sentido. Más valor.