Formula 1
Colapinto aprieta desde el simulador, Doohan no responde en pista

Periodista.
Mientras Jack Doohan acumula carreras sin sumar puntos, Franco Colapinto trabaja desde el simulador, aporta soluciones al equipo y alimenta la expectativa de los fanáticos argentinos. Las diferencias internas en Alpine podrían acelerar una decisión clave: ¿Cuándo le darán la butaca?
La pregunta que se repite en cada rincón del automovilismo argentino parece tener una sola respuesta posible: cuanto antes, mejor. Franco Colapinto no solo representa la gran esperanza nacional en la máxima categoría, sino que también se ganó, con trabajo y resultados, un lugar cada vez más difícil de postergar. Pero mientras tanto, el asiento que podría tener su nombre en Alpine sigue en manos de Jack Doohan.
La actuación del australiano Doohan en las primeras cuatro carreras del año dejó más dudas que certezas. En la primera fecha de Australia, frente a su gente, clasificó 14º pero destrozó el auto en la primera vuelta y quedó fuera de competencia. En China terminó 16° después de recibir penalizaciones por malas maniobras. En Japón, volvió a romper todo el auto en la práctica libre tras un error de novato, y aunque el equipo logró repararlo, terminó la carrera en el puesto 15. Y en Baréin, el panorama no cambió: clasificación floja, sin ritmo en carrera, y otro final fuera de los puntos en el puesto 14°. En total, cuatro Grandes Premios, cero puntos, dos accidentes, sanciones y quita de puntos de su Superlicencia. Hasta el momento, es el piloto que más dinero hizo gastar a su equipo: se estima un gasto de más de 1,5 millones de dólares para arreglos debido a los choques. En un contexto donde Alpine necesita resultados urgentes y un poco de aire fresco, la figura de Doohan empieza a desdibujarse.
Del otro lado del box, aunque todavía sin correr, Colapinto pisa cada vez más fuerte. En Baréin, pasó más de cinco horas en el simulador trabajando codo a codo con Pierre Gasly durante el sábado de clasificación, desde la sede del equipo en Enstone. Analizó estadísticas, propuso ajustes y aportó datos clave que se tradujeron en mejoras concretas en la performance del auto. Esa fecha, Alpine tuvo una de sus mejores carreras del inicio del campeonato, un dato que no pasó desapercibido.
En ese contexto, el tire y afloje entre Briatore y Oakes mantiene en vilo la definición. Flavio Briatore, flamante asesor ejecutivo de Alpine y viejo zorro de la F1, quiere a Colapinto cuanto antes. No solo por su proyección y talento, sino también por el impulso comercial que representa tener a un piloto argentino después de más de dos décadas. Oliver Oakes, en cambio, mantiene su respaldo a Doohan, a quien conoce desde hace ya varios años y considera parte del proyecto de mediano plazo. La interna no es menor, y mientras no haya resultados que inclinen la balanza, las tensiones seguirán creciendo.
La gran pregunta es cuánto falta para que Colapinto tenga su oportunidad. El panorama actual de Alpine, con un auto lejos de los puntos y sin rendimiento sostenido, podría acelerar decisiones. Algunas voces en el paddock ya se animan a hablar de un posible cambio para la segunda mitad del campeonato, especialmente si Doohan no muestra una evolución clara en las próximas fechas. El contrato de Franco como piloto de pruebas y desarrollo está vigente y su presencia en los simuladores es constante. Todo parece alineado para que el salto ocurra más temprano que tarde. Franco Colapinto no solo es el futuro: cada vez parece más preparado para ser el presente.