Concédeme la salud y el buen humor
Bergoglio ante la enfermedad
La oración de santo Tomás Moro el santo que lo alienta y lo acompaña. Recemos
El mundo espera una pronta recuperación del Santo Padre, que estoico se mantiene internado sembrando esperanza y preocupación por igual. Francisco tiene un cuadro de salud severo. Está con oxígeno a alto flujo y con posibilidad de conectarlo a un respirador. El protocolo del Vaticano, adonde todo es silencio, es el protocolo del Vaticano.
La información es la información. No se puede tapar el sol con la mano. Tampoco se sabe cuánto hace que está así. La salud del Papa, en este caso puntual, el primer líder espiritual del mundo no puede ser un secreto. Padece neumonía bilateral y 88 años. Es cierto que Bergoglio tiene la fuerza interior de un bosque que camina. Aquí esta el milagro. Quiere vivir. El cuando alguien está enfermo, reza, consuela.
Tengo escrito de su puño y letra un texto acerca de la enfermedad. Me dijo: “ admiro tu coraje. A las enfermedades no hay que tenerles miedo. Hay que tenerlas atadas como al perro, y de vez en cuando darles una caricia. Es mucho más lo que tenemos de sano que de enfermo. Y no tenerle miedo, como al perro, que si se da cuenta que le tenes miedo, te ataca. Y no perder el sentido del humor. Te recomiendo rezar la oración de Santo Tomás del Moro para pedir la gracia de “ sens of humor”. ( La encontrarás en la nota 101 de mi exhortación apostólica “Gaudete et Exultante”). Rezo por vos, por favor hacedlo por mi. Saludos a tu media naranja. Que Dios te bendiga y la Virgen Santa te cuide. Fraternalmente: Francisco”.
Oración del buen humor de Santo Tomás Moro
“Concédeme señor una buena digestión y también algo que digerir. Concédeme la salud del cuerpo con el buen humor necesario para mantenerla. Dame, señor, un alma Santa que sepa aprovechar lo que es bueno y puro, para que no se asuste ante el pecado, sino que encuentre el modo de poner las cosas en orden.
Concédeme un alma que no conozca el aburrimiento, las murmuraciones, los suspiros y los lamentos y no permitas que sufra por ese ser tan dominante que sepa aprovechar llama: Yo. Dame señor el sentido del humor. Concédeme la gracia de comprender las bromas, para que conozca en la vida un poco de alegría y pueda comunicársela a los demás. Así sea".