El día después de las elecciones
Alemania: un resultado en forma de ansiolítico
Como estaba previsto, el centroderecha obtuvo más votos y podría formar gobierno con los socialdemócratas. Una "gran coalición" moderada que deja afuera a la ultraderecha que salió segunda.
MADRID (Corresponsal) — Si algo todavía funciona en Alemania son las encuestas. Acertaron los resultados con una precisión digna de este país, aquejado de varios problemas. El mayor, el estancamiento económico.
Un artículo de Voz Pópuli deja bien en claro cuál es la situación: “El país atraviesa una recesión y su economía está estancada en términos reales desde hace seis años. Los alemanes, en definitiva, ganan lo mismo que en 2019, pero todo les sale más caro, empezando por la alimentación y terminando por la energía. Esto último les hace la vida imposible todos los meses”. En efecto, el Producto Interno Bruto cayó un 0,2% en 2024. Un registro impresentable para la tercera economía del mundo.
La verdad es que el modelo económico alemán, basado en la industria, ha quedado obsoleto y no puede competir con China. Solo un ejemplo: la gigantesca Volkswagen. En las últimas semanas VW anunció el cierre de tres fábricas y el inminente despido de decenas de miles de trabajadores. China es una amenaza real para la industria automotriz y para otros sectores tradicionales de una Alemania basada en grandes complejos industriales.
Tal como explica un documental de la Deutsche Welle (DW), en ciudades como Hagen, en la antes riquísima cuenca del Ruhr, hay indigentes y destrucción de puestos de trabajo en la industria siderúrgica —de 30.000, quedaron 1.800—.
También en Hagen, un 43% de la población es inmigrante. Este es otro de los grandes temas. Angela Merkel abrió las fronteras y, así, Alemania se llenó de migrantes. Solo en 2015, un millón de personas consiguieron asilo en la aún próspera Alemania.
Más de la mitad de estos migrantes, a quienes luego se sumarían los ucranianos, no consiguieron trabajo. Y la gente sin trabajo necesita de una contención social permanente, que aumenta los gastos del Estado. La gran arenga de Merkel (¡Lo lograremos!), suscripta por los socialdemócratas, suena hoy como otra ingenuidad típica del socialismo. ¿Qué lograron?
Estos desafíos deberán ser resueltos por Friedrich Merz, del mismo partido que Merkel, el CDU. Con el 28,5% de los votos y 208 diputados en el Bundestag, deberá formar gobierno con los socialdemócratas (SPD) que lograron 120 escaños. Así superaría la mayoría de 316 imprescindible para gobernar.
Alternativa por Alemania (AfD), de Alice Weidel, de todas formas, hizo una excelente elección porque duplicó la cantidad de votos. Ahora, es la segunda fuerza del Bundestag, con 152 escaños. Un dato que Merz deberá tener en cuenta.
Pero “gran coalición” de conservadores y socialdemócratas, a la que podrían sumarse los Verdes, funcionó como un ansiolítico: trajo calma financiera a toda Europa. Hoy las bolsas y el euro están a la suba. La “vieja política” europea, basada en pactos entre partidos que parecen ser antagonistas, volvió a la vida en la principal potencia del continente.